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SIXERS 104 - LAKERS 107

Lonzo e Ingram deciden sobre la bocina otra joya de partido NBA

Como ya sucediera en el Staples, el Sixers-Lakers no defraudó. Embiid dominó (33+7+6+5), tercer triple-doble de Simmons (12+13+15), pero los angelinos se cobraron la revancha.

Julis Randle y Kyle Kuzma celebran el game winner de Brandon Ingram en Philadelphia.
Julis Randle y Kyle Kuzma celebran el game winner de Brandon Ingram en Philadelphia.Bill StreicherUSA TODAY Sports

¡Qué partidazo! Los Lakers y Sixers nos volvieron a hacer disfrutar como niños. 22 días después de aquel maravilloso encuentro del Staples, dos de los equipos llamados a marcar el futuro de la NBA ofrecieron otro duelo entretenido y apasionante en el que hubo de todo. Y todo bueno. Los angelinos se cobraron la revancha (104-107) y rompieron una racha de cinco derrotas consecutivas gracias a un triple de Brandon Ingram a 8 décimas para el final. Su primer game winner en la mejor Liga del planeta llegó tras una asistencia de Lonzo Ball. El base, abucheado por un Wells Fargo Center lleno a reventar (nadie se quería perder el partido), atrajo toda la atención de la defensa encarando el aro por línea de fondo. Leyó muy bien la situación para hacerle llegar el balón a su compañero, completamente liberado. No falló el alero.

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Ingram acabó como máximo anotador de su equipo con 21 puntos (además de capturar 7 rebotes y repartir 6 asistencias) a pesar de su 7/21 en tiros de campo y 5/10 en tiros libres. Errores que le recordó Luke Walton, su entrenador, nada más concluir el encuentro: "No hubiera sido necesario tu triple ganador si hubieras convertido los tiros libres". Así se moldea un proyecto de estrella que tras un año rookie algo decepcionante empieza a dejar su sello. "Por su manera de jugar recuerda mucho a Durant cuando era joven. Hizo un partidazo", le alabó Brett Brown, el técnico rival.

Como Embiid hace tres semanas, Ingram acapara ahora todos los focos convertido en el héroe de la noche. Pero como decíamos antes, el ex de Duke no fue el único que sobresalió. Siguiendo con los Lakers, no hay que pasar por alto el partido de Lonzo Ball (10+8+8, 4 tapones y 3 robos sin perder ni un solo balón). Tras un par de encuentros sin brillo, se creció en ambiente hostil. Con su defensa (dicen en ESPN Stats&Info que Kobe Bryant solo logró 4 tapones y 3 robos en un partido a lo largo de su carrera) y dirección del equipo, los de púrpura y oro se mantuvieron al frente en el marcador durante toda la noche. Con la excepción de su 0/3 en triples, hasta mejoró su acierto de cara al aro (5/8 en tiros de dos). Coronó su actuación haciéndose con un rebote largo que desembocó en la asistencia del triunfo en la última posesión de su equipo. 

Pero además del trabajo de Ingram y Lonzo, los de Walton llegaron a manejar una ventaja de 16 puntos en el tercer cuarto y de 15 al comienzo del último gracias a la aportación de su banquillo. Jordan Clarkson jugó poco (14 minutos), pero no se habría conseguido la victoria sin sus 16 tantos y 4 triples. La misma aportación anotadora que firmó Julius Randle, el verdadero sustento visitante en plena remontada de Philadelphia. 10 de sus puntos llegaron en el acto decisivo. Ya lo ven, el futuro de LA pinta de maravilla con jóvenes como estos.

Como también es muy prometedor en unos Sixers que en la víspera se despidieron de Jahlil Okafor. El Proceso va quemando etapas a lomos de Joel Embiid y Ben Simmons. La pareja, junto a la irrupción final de Richaun Holmes, estuvo a punto de dar la vuelta a la tortilla. En dos ocasiones llegaron a igualar la contienda los de Brown, aunque no consiguieron rematar. La última igualada (104-104) se produjo tras dos tiros libres de Embiid a medio minuto del final. Poco después pudo adelantar a los suyos, pero una gran defensa de Randle precipitó el falló y dejó sin premio su mastodóntico último cuarto: 16 puntos, 6 rebotes. Se le da bien medirse a los Lakers. Acabó con un 33+7+6, 5 tapones y el mejor +/- de todos los jugadores: +14

Por su parte, Simmons firmó su tercer triple-doble (12 puntos, 13 rebotes y 15 asistencias) en 23 partidos en la NBA. Solo Oscar Robertson (4) y Magic Johnson (15) llegaron a esta cifra en menos encuentros. Sin el peso anotador habitual, se dedicó a repartir juego: sus 15 asistencias suponen un nuevo tope personal. Entiende el juego. Es especial. Como lo es su inmediato perseguidor en el draft 2016, Ingram. Vaya dos joyas nos han regalado esta temporada Sixers y Lakers. Lástima que ya no haya más este curso (no habrá unas Finales entre ambos el próximo junio, pero no lo descarten dentro de unos años). ¡Qué futuro tiene la NBA! Y que suerte la nuestra por ver cómo se está gestando.

El triple ganador de Brandon Ingram