El Bilbao coge carrerilla y también se estrena en Europa
Dominó al Lietuvos Rytas de cabo a rabo y ofrece mejores sensaciones que en su tormentoso transitar de la campaña pasada. Mumbrú, que andaba errático, tiró de galones. Todorovic, letal.
Un problema en el marcador amenazó con cortar el ritmo de un partido con mucho pulso por parte visitante. Se retrasó el inicio de la segunda parte diez minutos. Al final, victoria coral si no llega a ser por Todorovic, cada vez más asentado, inmenso. Su cabeza es ya un puesto de control que busca las ventajas, la mejor solución... y ejecuta con su físico portentoso. El Bilbao estuvo muy serio, muy puesto en todo momento, con la partitura perfectamente comprendida. Si tienes un base experto que tira del carro cuando éste arde, un perímetro con mil manos que anotan (Pere Tomàs ya se ha contagiado de este frenesí) y una línea interior trabajadora con Gladness ocupando tan bien los espacios, hay poco Lietuvos Rytas que poner en frente. Kempton ofreció señales prometedoras. Hasta la gestión de las faltas fue buena: leña al límite de la personal pero sin permitir canastas fáciles. Ahora falta por devolver la confianza a Redivo, al que le ha deslumbrado la Supercopa y el inicio de Liga con mucho flash. El equipo se puso con 19 de ventaja (36-55 al inicio del tercer cuarto), lo tuvo todo controlado, pero cuando el Lietuvos subió líneas, abusó del bote, se paró. Tras un titubeo, retomó el mando. El partido arrancó tras un homenaje al exjugador y exentrenador Rimas Girskis, con un emocionado canto de su nieta, una de las más importantes estrellas de la música de jazz de Lituania.