Eyenga dispara a un gran Fuenla ante un tierno Bilbao

Cuando uno empieza la temporada y tiene mil caras nuevas debe demostrar sus ganas de comerse el mundo. Pero el Bilbao se despertó en este amanecer de la Liga como un equipo apocadito, ante un Fuenlabrada que también corría la cortina a una nueva era, con un técnico-apuesta, y se devoró cada centímetro de madera del Fernando Martín. Velocidad e intensidad, esas fueron las recetas. Eso dio bandejas y mates. Y muchos aplausos. El Montakit ahora mismo es un equipo de Euroliga para este RETAbet muy verde, con las piezas por ensamblar y una colección de rookies a los que hay que ir dando tiempo. Salió a la expectativa ante un enemigo que se puso en marcha con ganas de ser protagonista. La energía de los naranjas y el músculo de Eyenga asustaron a un grupo de jugadores que aún deben conocerse, pero Duran tiene una ardua tarea: quitando Gladness, nadie le puede aportar esa capacidad atlética que te permite sobrevivir en la jungla de la ACB. Néstor 'Che' García, entrenador de los locales, tiene motivos para sonreír; fue casi un jugador más moviéndose en la zona técnica, y fuera de ella, con la misma actividad que sus jugadores.

Tres jugadas sintetizan lo que fue el partido. Llevaba cero faltas el Bilbao en el último cuarto, enfilando hacia el final, y Todorovic en un giro brusco muy clásico de él al levantar el balón hizo una falta dudosa en ataque sobre un vivo O'Leary, que se pegó al escolta serbio presintiendo su acción. Poco después sacó de fondo Tabu y perdió el balón por las sombras de la pista contraria, la de su equipo, sin que lo pudiera atrapar Hervelle. Y para rematar, Redivo se enganchó a Popovic cuando este tenía el ancla en territorio de triple, no tuvo más que levantarse y recibir la personal: tres tiros regalados. Era el rosario de errores de principiantes en un partido en el que pareció citarse a un sénior bien bragado con un cadete. Los veteranos tendrán que tirar al menos de inicio de este carro tan tierno.

El Fuenla basó su despegue de inicio con una superioridad en el rebote insultante: nueve cogió en ataque en el primer cuarto, por uno de los visitantes. Luego puso a funcionar el turbo de Eyenga (demasiado revolucionado en una acción del pobre Kempton, que lo intentó pero se llevó más gorros que un esquimal) y la distancia se fue a 18 (40-22 en el minuto 16). Vucetic salió de inicio pero en ACB no se perdona: jugador de clase, diferencial en LEB Plata, le quedan un par de milis para codearse con la élite, Fischer cortó la hemorragia con tiros en la cabeza de la zona y el Bilbao pudo acercarse a seis, pero falló bandejas en tres ataques, careció de cabeza y se dio un tiro en el pie; en realidad estuvo siempre a remolque y nunca llegó a creerse con papeletas para optar al triunfo. El balón está muy manoseado por Tabu, Fischer y Redivo y sin equilibrio, ese que demostró el Fuenla, no se va a ningún lado.