Joan Sastre, el mago Pop de la Selección española
A sus 25 años, vive un sueño que empezó en Benahavís en julio pero que viene de su época en Sevilla, donde era chófer de Satoransky.
“¡Quién me lo iba a decir!", exclama Joan Sastre en la zona mixta del Sinan Erdem Spor Salonu después de firmar una de las actuaciones de su vida ante Alemania en los cuartos de final del Eurobasket: ocho puntos clave casi sin fallo y tres robos de balón que coronaron una defensa de libro a Dennis Schroder.
Nacido en 1991 en Inca, Sastre ha calado bien en la Selección. Como Pierre Oriola o Guillem Vives, tuvo la “humildad”, de acudir a la concentración de Benahavís el 16 de julio en la que no estaba ninguna de las vacas sagradas, que se incorporaron el día 28 en Madrid. De Sastre ya había los mejores informes de Valencia, donde había experimentado una progresión geométrica. “Le gusta mucho, mucho, a Scariolo”, decían los más cercanos al italiano antes incluso de la concentración malagueña, en la que el seleccionador se convenció de llevarlo a Madrid para que luchase por un puesto. Las ausencias de Mirotic y Llull terminaron de abrirle camino aunque antes de la lesión de este último su sitio ya era fijo. Pero que Sastre se partía la cara por España era conocido desde hace años. En 2011, en la final del Eurobasket Sub-20, Alessandro Gentile le dio un codazo en el primer minuto de la final. Con la nariz rota, sólo pudo jugar un minuto de esa final.
Criado en el Club Basket Inca, Sastre saltó al Basket Mallorca en 2008 para jugar la LEB Oro. Allí empezaron a circular los mejores informes de él y Servera. El Unicaja fichó al segundo y Cajasol a Sastre, que cogió las maletas y se fue a Sevilla, donde se hizo íntimo de Satoransky. Durante un buen tiempo hizo de chófer del checo, que no tenía carnet de conducir. Hicieron una gran amistad. Su familia no dejó de visitarle en sus primeros tiempos en Sevilla, donde gracias a un nutricionista siguió un plan de alimentación que le hizo ganar peso. Diego Ocampo, ayudante entonces de Joan Plaza en Sevilla, le fue moldeando y Plaza empezó a darle su sitio. Le hizo debutar en la ACB con 18 años. Desde entonces, hasta hoy, donde ha encajado a la perfección en un grupo peculiar, distinto, que ya le ha bautizado con cariño: el mago Pop (así lo desveló Willy en El Larguero de la SER este martes). Quién se lo iba a decir.