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25 AÑOS DE BARCELONA 92

Conceiçao: "El 'Angolazo' ayudó a España a desarrollarse"

Se cumplen 25 años de los Juegos de Barcelona 92, donde la Selección de baloncesto cayó eliminada tras perder de paliza (63-83) ante la Angola de Jean Jacques Conceiçao.

Jean Jacques Conceiçao, en un partido de la Copa Korac.
JOAO RELVASefe

El exjugador angoleño Jean Jacques Conceiçao fue el protagonista de una de las tardes más aciagas del baloncesto español, una debacle con nombre propio, el 'Angolazo', y con un marcador de escándalo: el 63-83 que Angola endosó a la selección española en los Juegos Olímpicos de Barcelona'92.

Una derrota que Conceiçao considera, veinticinco años después, "muy importante para España" porque le ayudó "a desarrollarse".

El ala-pívot de aquella selección angoleña dirigida por Victorino Cunha, que desde sus 202 centímetros y su agresividad desarboló a la defensa española a la que anotó 22 puntos, atiende a EFE a por teléfono desde Luanda (Angola) para rememorar aquel partido histórico y su experiencia en los Juegos de Barcelona.

Jean Jacques Nzadi da Conceiçao (Kinshasa, República Democrática del Congo, 1964) forma parte de las páginas más brillantes del baloncesto angoleño y del continente africano, del que fue reconocido en 2011 como el jugador más valioso durante los primeros 50 años de FIBA Africa. También fue vicepresidente de la Federación Angoleña de Baloncesto, de la que ahora es consejero.

"Barcelona'92 fue uno de los mejores torneos que disputó Angola, que ya era un equipo con experiencia, ya que habíamos jugado el Mundial de Argentina 1990. Teníamos buenos jugadores y un buen nivel de baloncesto", explica el exjugador angoleño.

Su selección había comenzado en el Afrobasket de 1989 en Luanda el reinado continental que continuaría en las ediciones de 1992, 1993, 1995, 1999, 2001, 2003, 2005, 2007, 2009 y 2013, sus once campeonatos africanos que les darían el pasaporte para los Juegos de Barcelona, Atlanta, Sydney, Atenas y Pekín.

"Los Juegos Olímpicos para nosotros no eran solo participar, también queríamos ganar y llegar a cuartos de final. Ese era nuestro objetivo, aunque no lo conseguimos", explica el pívot africano, bandera de una selección que se había preparado a conciencia para aquella cita.

"En esa época nosotros íbamos mucho a Estados Unidos, pasábamos dos o tres meses integrando conceptos del baloncesto americano. Estábamos preparados para jugar contra cualquier equipo del mundo", añade.

La selección angoleña fue protagonista de uno de los primeros comentarios del 'Dream Team' estadounidense en su primera rueda de prensa en suelo español.

"No tengo ni idea sobre Angola, pero Angola tiene un problema", aseguró el pívot estadounidense Charles Barkley antes del estreno del equipo de ensueño liderado por Michael Jordan, Larry Bird y Earvin 'Magic' Johnson contra el conjunto africano.

Aquella Angola también hizo historia al ser el primer equipo que se opuso al 'Dream Team'.

"Fue una experiencia muy dura y muy difícil, porque el Dream Team, el primero, comparado con los otros equipos americanos que vinieron después, no tiene nada que ver. Aquel equipo tenía en todos los jugadores una gran capacidad, un ritmo y una estupenda técnica. Era un equipo de ensueño", recuerda Conceiçao.

Los americanos derrotaron a los angoleños por 116-48, pero el resto de partidos no fueron así: Alemania les ganó por solo un punto (63-64), Brasil por diez (76-66) y la que sería subcampeona olímpica, Croacia, lo hizo por nueve (73-64), después de que se cruzaran con España.

"Nosotros ya conocíamos a España, habíamos hecho un buen análisis de su equipo. Los españoles no pensaban que nosotros podíamos ganarles, pensaban que Angola iba a ser fácil. Pero el baloncesto se gana en el campo, no hablando. Nunca pensaron que en Africa se jugara tan buen baloncesto como se juega en España", explica el pívot de aquella selección.

Para Conceiçao la clave de aquel éxito fue la defensa. "Una defensa dura, tremenda", asegura el poste de 202 centímetros, complementada con un contragolpe y con la velocidad de los jugadores angoleños, que ofrecían un juego poco ortodoxo y muy enérgico.

Entre ellos, el ala-pívot destacaba por su agresividad al rebote y su capacidad ofensiva. En aquel partido, nuestro protagonista estiró su faceta anotadora, ya que se fue hasta los 22 puntos.

"Normalmente yo tenía que hacer siempre 14 ó 15 puntos como mínimo, porque teníamos la necesidad de que alguien hiciera puntos", recuerda Conceiçao. Su compañero José Carlos Guimaraes, un base con gran acierto exterior, también destacó, con 18 tantos.

El interior angoleño recuerda que para su selección la victoria ante España fue un hito la victoria, no tanto por lograrlo contra la anfitriona, sino por batir a un conjunto europeo, algo hasta entonces no logrado por un conjunto africano.

"Hasta ese momento ningún país africano había ganado a un equipo europeo en los Juegos Olímpicos o un Mundial, nosotros fuimos los primeros. Fue una alegría para nosotros", explica Conceiçao, que recuerda la fiesta que hubo en su país por la noticia, pero no tiene un mal recuerdo de la reacción de la afición española.

La posterior derrota ante Croacia llevó a los angoleños a jugar por los puestos del duodécimo (último) al noveno, al igual que España. Los locales derrotaron a Venezuela (95-81) y los africanos hicieron lo propio con China (79-69), por lo que se volvieron a juntar para dirimir el noveno puesto del torneo.

Un partido lleno de tensión, rememora Conceiçao. "España no podía perder dos partidos contra nosotros, no podía aceptar eso. Tenían que ganar fuera como fuera, de cualquier manera. Nosotros también queríamos ganar más de una vez", apunta.

El pívot fue, de hecho, uno de los protagonistas de esa tensión durante un encontronazo con Santiago Aldama y Jordi Villacampa. Hasta el punto que su entrenador Victorino Cunha llegó a pedir disculpas por su comportamiento tras el encuentro, en un partido que el preparador calificó como "a vida o muerte".

El duelo concluyó con un estrecho 75-79 a favor de España, con cinco jugadores eliminados por personales: los angoleños Conceiçao, Nelson Sardinha y José Carlos Guimaraes, y los españoles Quique Andreu y Juan Antonio Orenga.

"Creo que España tenía equipo para llegar a semifinales. La derrota contra Angola le dejó fuera. España sufrió mucho por eso, y por eso dio el máximo para ganarnos la segunda vez", comenta Conceiçao.

El exjugador de baloncesto tuvo una prolífica carrera en clubes europeos, en la que pasó por el Benfica portugués, el Limoges francés, el Unicaja de Málaga español y el Portugal Telecom luso.

En la capital de la Costa del Sol, el poste angoleño se encontró con la fe: la de la iglesia evangélica, a la que empezó a acudir en Málaga y en la que años más tarde sería ordenado pastor, un ministerio que hoy ejerce.

Pero sobre todo, en su etapa en España (apenas una temporada, la 1999-2000, en la que fue subcampeón de la Copa Korac) fue reconocido por la hazaña de Barcelona 92. "Todo el mundo" le hablaba del 'Angolazo', reconoce entre risas.

"Pero yo digo una cosa: el 'Angolazo' fue muy importante para España, le ayudó a España a desarrollarse. Fue importante para que prepararan el equipo del futuro. Y ese trabajo lo han hecho muy bien, hoy tiene beneficios muy buenos, jugadores como los hermanos Gasol", reflexiona Jean Jacques Conceiçao.