El mejor equipo en la temporada más dura de la historia del baloncesto europeo. Líder tras 30 jornadas y catorce de los quince duelos directos ganados a sus rivales. Solo cedió ante el Panathinaikos (por tres puntos en el global de la ida y la vuelta). En el playoff de cuartos firmó un inicio titubeante ante el Darussafaka, pero resolvió a lo grande en Estambul (3-1). Un equipo en plenitud y sin urgencias, que responde muy bien en situaciones límite. Los fichajes de Hunter y Randolph le dan la fuerza interior y la amenaza ofensiva que le faltó hace un año en la eliminatoria ante el Fenerbahçe.
Llull es el líder más determinante del equipo en muchos años y el crecimiento de Doncic eleva los máximos de un bloque ganador. En el juego exterior, eso sí, va más justo de piezas tras el paso atrás en ataque de Rudy. Con el balón en las manos ‘solo’ generan juego Llull y Doncic. Carroll es un tirador (aunque explota muy bien la penetración finalizada con una bombita), Maciulis amenaza sobre todo con lanzamientos abiertos y Taylor se ha convertido en un buen especialista atrás.
El desafío será durísimo en un Sinan Erdem para 16.000 aficionados que se llenará casi en su totalidad con seguidores turcos. Al Madrid le espera el mejor Fenerbahçe de la temporada. La leyenda blanca contra el anhelo de hacer historia.
Pablo Laso lleva 13 títulos y cuatro Final Four desde 2012
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Pablo Laso aterrizó en el Real Madrid en el verano de 2011 sin haber dirigido un solo encuentro de playoff. Ahora, seis años después, ha guiado al equipo blanco a su segunda edad dorada tras la que disfrutó en las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado. Suma 13 títulos tras disputar 17 finales de 23 posibles. Los mismos trofeos que había logrado la sección en los 25 años anteriores. La evolución del equipo bajo su batuta ha sido constante. Primero dio un giro brusco para romper con el pasado inmediato. Potenció un baloncesto alegre y veloz para que el contraataque y la anotación volvieran a fluir. Y luego fue puliendo el ataque en media pista y la defensa. Cogió un bloque blando y lo ha convertido en una roca. Su buen ojo (y el del club, claro) para elegir jugadores y conseguir que se integren en el engranaje también ha sido decisivo. Tanto que no se valora lo suficiente. Afronta su cuarta Final Four en las últimas cinco temporadas: tres finales y un título.
Llull es el jugador más decisivo del Madrid en muchos años
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Tras la marcha de Sergio Rodríguez a la NBA, con el que Llull compartía protagonismo y minutos, el base menorquín se ha adueñado por completo del papel de líder. Un jefe en la pista y también un caudillo emocional, que conecta a la vez con el equipo y la grada. Un aglutinador de la energía. El jugador más decisivo del Madrid en muchos años, con lo que ello conlleva. Es un seguro en finales apretados, pero también esa seguridad plena en su capacidad le lleva a forzar a veces al límite cuando no le salen las cosas. En el resto de las ocasiones, simplemente, el equipo se resiente en su ausencia. Claro candidato al MVP de la Euroliga junto a De Colo, aunque todavía le falta completar la Final Four soñada. En ninguna de las anteriores ofreció el máximo de su potencial.
