Chris Bosh no ha jugado un partido de la NBA desde el 9 de febrero de 2016 por culpa de unos coágulos de sangre que han puesto en jaque una carrera que incluye dos anillos de campeón y once All Star disputados. Con contrato con Miami Heat hasta 2019 (25,2 y 26,8 millones las dos próximas temporadas), el regreso a las pistas del ala-pívot parece cada vez más difícil si no ya imposible. Y él reorienta su vida hacia la comprensión de lo que es una nueva realidad y hacia la música, su nueva gran pasión.

Ahora, sin embargo al matrimonio Bosh (Chris y Adrienne) les ha tocado salir en la prensa del corazón estadounidense por un escándalo relacionado con la mansión que la pareja posee en un terreno de casi 1.000 metros cuadrados en Pacific Palisades, junto a la playa y en una de las zonas más exclusivas de Los Angeles. Pero los Bosh se enfrentan a un problema judicial tras alquilar esa residencia de lujo a una productora de cine porno, X-Art, cuyos dueños (Colette y Brigham Field) les han demandado por las condiciones en las que se encontraron la casa una vez sellado el acuerdo.

Al parecer los Field, especializados en producción de porno en escenarios lujosos, pagaron en diciembre casi 138.000 dólares por un mes: 46.000 del alquiler y 92.000 de fianza. Pero cuando llegaron a la mansión se encontraron un escenario de pesadilla: basura, hongos, heces, ratas corriendo de un lado a otro. Incluso, aseguran, tuvieron que buscar atención médica especializada ante posibles infecciones derivadas del deterioro de una residencia a la que además llegaban sin previo aviso amigos de la familia Bosh. Los demandantes exigen que se les devuelvan los 92.000 dólares de fianza y que se cubran otras cantidades por daños y perjuicios. Los Bosh, por ahora, no les han respondido…