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WIZARDS 121 - CELTICS 102 (2-2)

¡Eliminatoria empatada! Wall y Beal se comen a los Celtics

Un increíble parcial de 26-0 en el tercer cuarto finiquitó el partido. Boston, incapaz de meter mano a los Wizards a Washington.

Bradley Beal y John Wall celebran una canasta.
Bradley Beal y John Wall celebran una canasta.Patrick McDermottAFP
NBA

"Les vamos a patear el culo en el cuarto partido", había anunciado Gerald Green. No se equivocó en la predicción, aunque sí en el equipo que saldría escaldado. Tras una primera parte igualada y repleta de alternativas, los Wizards pisaron el acelerador en el tercer cuarto para sepultar a los Celtics con un increíble parcial de 26-0. Una oda al baloncesto dirigida de nuevo por un excelso John Wall (27 puntos, 12 asistencias y 5 robos), quien esta vez sí, estuvo secundado a la perfección por Bradley Beal (29 puntos con 11/16 en tiros). Sin ambos no se entendería este 121-102 que sirve para igualar la semifinal (2-2). La historia se repitió y los de Massachusetts volvieron a llevarse un duro correctivo en Washington. Han perdido los cuatro partidos que han disputado esta temporada (Regular Season y playoffs) en la capital por una media de -21,5 puntos.

Se esperaba un partido duro y trabado, marcado por la tensión que venía marcando la serie, pero el de esta noche fue el asalto más limpio de los vistos hasta el momento. Solo se señaló una técnica en el cuarto periodo a Isaiah Thomas, preso de la frustración tras sumar solo 2 puntos en toda la segunda parte de 19 totales. Ni rastro de tanganas y encontronazos. Brad Stevens reculó incluyendo de nuevo en el quinteto inicial a Amir Johnson en detrimento de Green. Por su parte, ante la sanción a Oubre, Scott Brooks se vio obligado a realizar ajustes en su rotación dando entrada a Tomas Satoransky.

Esta vez no fue el primer cuarto...

Como es habitual, la pobre puesta en escena de Boston facilitó un 8-0 de salida favorable a los Wizards. Entonces, el guion cambió respecto a los otros tres primeros cuartos. Washington empezó a conceder demasiados espacios a Isaiah Thomas, quien aprovechó el regalo para calentar la muñeca y anotar por fuera. Mientras, Al Horford se encargaba de alimentar a sus compañeros. Todo a la par que Wall no encontraba la forma de anotar y Beal continuaba en el mismo tono gris. Por fin los Celtics no tendrían que remontar una desventaja superior a la decena de puntos tras un primer cuarto en el que lograron marcharse por delante (20-24).

Isaiah seguía convirtiendo triples con una facilidad pasmosa y Olynyk hacía daño saliendo desde el banquillo pese al ambiente hostil de un Verizon que no le perdonaba su incidente con Oubre. Así que a base de un notable acierto exterior (8/14 en triples), los visitantes ponían el +12 (28-40) a 7 minutos para el descanso. Los Wizards estaban perdidos en ataque y superados en defensa... hasta que apareció el mejor Wall. Enchufado, es uno de los mejores de toda la NBA. Lo sucedido ayer lo demuestra. Tras fallar sus 9 primeros lanzamientos se levantó a lo grande para irse al descanso con 11 en su cuenta. Los Celtics consiguieron frenar el primer gran parcial local y dejar el marcador empatado (48-48) camino a vestuarios.

...sino el tercero

Tras la reanudación, cinco tantos consecutivos de Amir Johnson dieron algo de aire a los de Stevens (48-53) antes de sufrir un apagón general que puede acabar costándoles muy caro. Los Wizards comenzaron a cerrar las vías de escape en los bloqueos directos de Isaiah Thomas y a incomodar cada lanzamiento exterior visitante. Un subidón defensivo que provocó hasta 9 pérdidas del rival solo en el tercer cuarto (castigadas con ¡21 puntos!). Y si dejas correr a un equipo con John Wall, el jugador que más rápido se mueve con el balón en la mano, estás muerto. Y no digamos ya si Beal recupera justo su mejor versión y comienza a meter los tiros que tiene que meter. El dúo de estrellas de los Wizards brillaba al unísono. Aunque no solo ellos, Markieff Morris (16+10+5+3 robos) y Otto Porter (18) también estaban más que enchufados. Un huracán al que sumar los rebotes ofensivos (ese mal endémico al que los Celtics no encuentran la manera de ponerle el punto y final) con los que corregían los pocos errores que cometían. El resultado fue un 26-0 que cristalizó en un 42-20 en el global del tercer cuarto que finiquitó el partido. Ahora, con el 2-2 en la eliminatoria los Celtics necesitan volver a hacerse fuertes en casa. Las sensaciones son muy distintas a cuando esta salió de Boston para poner rumbo a DC, pero a los Celtics no les queda otra si no se quieren ver por debajo ante un rival superior en estos momentos.