El Madrid sufre y se clasifica con polémica ante el Andorra
El Andorra dominó, pero Randolph forzó la prórroga con un triple tras un campo atrás no pitado de Llull. Entre él y Nocioni, 20 puntos en el último cuarto. Real Madrid-Barcelona :Final Copa del Rey 2018
Polémica, tensión, el campeón contra las cuerdas… Un final de la jornada inaugural de locura que nos dejó al MoraBanc Andorra desplomado en la orilla de la prórroga tras rozar la sorpresa del siglo. Sobrevivió el Madrid a un combate heroico. Lo rescató Randolph (25 puntos) frente a Shermadini. Y también Nocioni en uno de los peores días de Llull en el tiro (4 de 18 en el minuto 40).
Los estrenos en la Copa son duros. Y más si todos te apuntan con el dedo inquisidor porque llevas el cartel de favorito al cuello. Una presión que la afición baskonista multiplicó haciendo piña con la del MoraBanc Andorra. Otra tachuela en el camino de un Madrid que ya él solito se encargó de complicárselo. Todo muy cuesta arriba desde el inicio. Salió alejado de los mínimos de concentración que exige un torneo así y pronto se sintió incómodo ante el ataque fluido rival. Y más incómodo con el balón en las manos. Al descanso llevaba casi tantos triples intentados (16) como canastas de dos (18) y solo había acertado dos veces, llegó a leer en la estadística un paupérrimo 1 de 15. A los nueve minutos Laso había cambiado el quinteto de arriba abajo. En cuarto y medio habían jugado ya los dos que faltaban (Draper y Nocioni) hasta completar los doce.
En la trinchera de enfrente, dándole candela, un Andorra al que se le leía en la frente el deseo de hacer historia. Ni nervios ni timidez, ambición. Volvía a la gran fiesta del baloncesto español 22 años después y no quería pasar de puntillas. Avanzar o morir, pero con estruendo. El que provocó un Shermadini con hambre de gloria: 21 puntos aún en el tercer cuarto y 27 al final. El Madrid ahí era fiel a sus principios: sin ayudas en el uno contra uno en la defensa del gigante. Como con Tomic. Y el georgiano se forró. La clave es que no andaba solo. Habíamos anunciado la baja de Navarro en esta Copa y nos faltó precisión. Navarro se presentó; el otro Navarro, David. Y se le pareció. Velocidad y acierto para redoblar la potencia de fuego.
Los blancos se tambaleaban ante un contrincante de “estilo parecido”, lo decía Laso en la previa. Elocuente marcador en el cruce con el minuto 16: 21-37. Pero si alguien podía incorporarse en pleno abismo, ese era el Madrid. Y lo hizo (56-54) para volver a caer: 75-82 a dos minutos del final. Para alzarse de nuevo. No se sabe bien cómo.
Entre Randolph y Nocioni, 20 puntos en el cuarto final. Todo el equipo, 57 rebotes. A falta de acierto, pelea sin fin. Carroll la embocó de tres tras dos rechaces de ataque después de sendos fallos de Llull y Doncic (83-84). Albicy no falló desde la personal y Llull cometió un campo atrás (pisó la línea) no señalizado y la bola le llegó a Randolph… triplazo y prórroga. En el tiempo extra el estadounidense terminó de abrumar. Dos gorros a Shermadini y otro triple. El Andorra mereció más, lo mereció todo; pero ganó el Madrid. El campeón sigue vivo.