El Real Madrid se pone líder al grito de ¡Llull, Llull, Llull...!
Anotó ante el Bamberg siete de sus 26 puntos en el último minuto, incluida la canasta de la victoria a un segundo del final. Carroll (24) y Ayón (16), también decisivos. Adelanta al CSKA.
Gran triunfo del Madrid en Alemania y zarpazo en la clasificación. El Madrid se pone líder, al frente de todo. Por primera vez en 19 jornadas no domina el CSKA. Campeón y favorito, ogro continental. Fue una victoria de las que mezclan la purpurina con el pico y la pala, en un partido acelerado y de final en el alambre. De los que no defraudan. Batalla para héroes, para tipos como Sergio Llull. Y como Carroll (24 puntos en 20 minutos) y Ayón (16, 8 rebotes, 4 asistencias, 2 tapones para 28 de valoración). Aunque fue el base quien lo decidió todo. El Madrid ganó al Brose Bamberg en Núremberg al grito de ¡Llull, Llull, Llull…! Sobrecogedor.
Sumó siete de sus 26 puntos en el último minuto y ocho segundos. Un triple, dos tiros libres y la canasta ganadora a un segundo del final. Una entrada por la derecha plena de velocidad y potencia coronada con una bandeja de altos vuelos para salvar contra el tablero la defensa bávara, al poderoso center Theis. Apoteósico desenlace que aún pudo añadir otro giro del destino si Strelnieks la llega a embocar desde su campo. Tocó el aro, no entró. No hubo gesta del Bamberg y sí tropezón con la misma piedra de siempre. Lleva cinco triunfos en casa y cuatro derrotas, dos por un tanto y otras dos por dos.
El Madrid da caza así al CSKA de Moscú en lo alto de la tabla y lo adelanta por el basket-average particular (91-90 en Moscú y 95-85 en el Palacio). No hay triple empate en la cima porque el Olympiacos cayó por sorpresa en la pista del colista, el Armani Milán (99-83). Los italianos visitan a los blancos el próximo viernes. ¡Qué pedazo de Euroliga!
El duelo empezó bonito. Desbocado y terminó mejor. Cara a cara entre dos de los equipos con más músculo ofensivo, que más partido sacan de cada posesión en la Euroliga. Lo vimos pronto. Melli era la pieza en la que pivotaba casi todo. Distribuye, lanza de tres, juega al poste… O se viste de gladiador para bloquear al rival y que Miller machaque solo. Los bases suelen manejar el tempo, en el Bamberg la hora la da el italiano. Dejen si acaso alguna manecilla para Causeur. Melli, de la generación de Gentile (y de Mirotic), lo ha adelantado por la derecha.
Muy bien los de Trinchieri, pero en duelos desatados cuesta echarle el lazo al Madrid. A Llull y a Ayón les dio continuidad el mejor Carroll, el más completo. El que tira y el que rasga la zona en penetración: 14 puntos en sus siete primeros minutos en pista (6 de 7 en el lanzamiento en ese tramo). El Real estuvo diez arriba (41-51), pero sus flojos finales de cuarto casi le amargan la noche: 10-0 entre el cierre de la primera parte y la reanudación. Luces para Causeur y otro 7-0 a caballo entre el tercer y el último periodo.
De ahí a la meta asistimos a un pulso poderoso. Puntería y circulación de balón para los locales (9 triples y 20 asistencias) y, para los visitantes, el rebote (26 a 40; 16 ofensivos) y más acierto cerca del aro (27 canastas con un 61% de efectividad). Laso, en ausencia de Doncic, supo dar relevos a Llull para que llegara fresco a los últimos ataques. Draper cumplió. Y lo mismo hizo el técnico con Ayón. Un dos más uno y otra canasta de Carroll invertían la tendencia. Mandaban blancos. Llull hizo el resto. Esos siete puntos en 67 segundos. También falló entonces un triple y perdió un balón, pero de eso ya no se acuerda nadie (lo teníamos apuntado). ¡Llull, Llull, Llull…! El Madrid es líder.