Los Clippers se vuelven locos... y Kilpatrick (38) les hace un roto
Dos prórrogas, una ventaja de 18 puntos al limbo, expulsión de Rivers, bromas a destiempo... y tres derrotas seguidas para los Clippers.
Hace no mucho, los Clippers no paraban de ganar partidos, atacaban mejor que nunca y defendían como jamás se les había visto defender. Hace no mucho, habíamos recuperado el debate sobre si este podría ser el año en el que a los Clippers no les acabaran pasando cosas. Todavía puede serlo, claro, pero de repente los Clippers han frenado en seco en una gira por el Este para la que se les olvidó meter en la maleta aquel ataque, aquella defensa… y la compostura que tanto les cuestas mantener y que tan enredados les tiene con más de media NBA. Ahora ya no son el mejor equipo de la liga, ni el segundo ni el tercero: 14-5, tres derrotas seguidas, su rating ofensivo cayendo en picado y con sensaciones poco halagüeñas a horas de visitar Cleveland y a una semana de recibir a los Warriors. Partidos que marcarán el primer gran eje psicológico para un equipo en que precisamente eso, la psicología, es capital. Porque cualquier golpe de viento en contra le empotra contra muros que para otros aspirantes al título (reales o teóricos) ni siquiera existen.
Después de una derrota asumible en Detroit y de un desastre integral en Indiana (-21 con 70 puntos, su peor anotación en 13 años), los Clippers se dieron un costalazo ridículo en Brooklyn: 127-122 después de dos prórrogas y una sucesión de hechos que fueron de lo heroico a lo ridículo. En cualquier caso, son tres derrotas contra equipos que les recibían por debajo del 50% de triunfos, los Nets en concreto todavía sin Jeremy Lin y tras siete derrotas seguidas. Y 14-5, y los Warriors ya a dos partidos y medio. Y mañana, a la pista de unos Cavs también mosqueados tras salir abrasados de Milwaukee. Mala cosa.
En Brooklyn no jugó Blake Griffin, que recibió un golpe ante los Pistons y se movió mal ante los Pacers. Sin embargo, la justificación fue que tocaba noche de descanso y que estaba planificado así desde la pretemporada por obra y gracia del nuevo equipo médico de los Clippers, cuyas mediciones biométricas señalaban esta como una mala noche para el ala-pívot. Doc Rivers hizo caso, que para eso Ballmer se está gastando una fortuna en modernizar la franquicia. Sin él, Paul Pierce fue titular y jugó 29 minutos, 12 más de los que acumulaba… en toda la temporada. Metió un triple rápido en un 0-7 inicial y falló el resto de sus tiros, entre ellos un mate claro tras el que acabó por los suelos, con Chris Paul fingiendo que le daba un masaje cardiaco y el banquillo angelino despatarrado de la risa. En ese momento los Clippers ganaban 48-58 y después, ya muy avanzado el tercer cuarto, 66-84. Y con un tercio del último parcial consumido, 73-89… pero perdieron. Según Redick y el propio Pierce, por dejarse ir y tentar demasiado a los dioses del baloncesto…
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A partir de ese 73-89 con nueve minutos por jugar llegó una serie de acontecimientos imprevistos que sacaron al partido de la rutina: Sean Kilpatrick, hace un año por estas fechas un temporero y ahora un enorme hallazgo, anotó 31 de sus 38 puntos entre el último cuarto y las dos prórrogas, imparable para un rival con la intensidad bajo mínimos. Con la ayuda de los triples de Brook Lopez (4/9 para 27 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias), los Nets firmaron un 29-10 en seis minutos del último cuarto y rozaron un triunfo que evitó Chris Paul con un triple en el último segundo. En la prórroga, dejaron viva a la presa a base de fallar tiros libres y Jamal Crawford volvió a empatar con otro triple mientras Doc Rivers era expulsado y sujetado por DeAndre Jordan y su cuerpo técnico cuando se abalanzaba sobre los árbitros. Una técnica fue por meterse en la pista a protestar, la otra por usar vocabulario inapropiado. A los Clippers, que poco antes se divertían con masajes cardiacos, se les había torcido el gesto. Kilpatrick les sentenció con un 2+1 en esa segunda prórroga en la que ya quedaban pocas fuerzas y los puntos llegaron muy poco a poco y casi por inercia.
La derrota estropeó el triple-doble de Chris Paul (26 puntos, 10 rebotes, 13 asistencias) y el 21+23 de DeAndre Jordan. A los Clippers se les ha estropeado la figura y, con Blake Griffin de vuelta si la biométrica lo permite, habrá que ver sin el Quicken Loans de Cleveland les permite dar un volantazo a tiempo o les mete en los primeros líos de verdad serios de la temporada. Seguramente ni era sostenible su extraordinario inicio ni las cosas están tan mal como parece ahora. Pero mejor volver a ganar partidos cuanto antes, por si acaso…