HERBALIFE-REAL MADRID | MCCALEBB
"El Katrina fue terrible; cuando me desperté todo era caos"
Uno de los fichajes estrella de la temporada en la ACB jugó al fútbol americano y ha pasado Turquía, Italia, Francia, España y Macedonia.
Y ese mismo día tuvo que huir despavorido a Houston. Bo McCalebb está cerca de los 32 años, pero bajo su imponente mirada y su estética del barrio se intuye mucha mili a sus espaldas. Una ciudad devastada por un terrible huracán, Turquía, Italia, Francia, España, Macedonia. “Muchos lugares, países y culturas diferentes” le han marcado de por vida. Mucha vida, mucho baloncesto, incluso fútbol americano. Medio mundo recorrido pero siempre vuelve al punto de partida, a casa, a Nueva Orleans. De donde una vez se marchó para siempre regresar. Y es que McCalebb es más fuerte que el viento.
Estuvieron 10 días fuera de casa, jugando tres partidos. ¿Cómo lo han llevado?
El único problema han sido esos días días fuera. El resto nos fue muy bien.
Fue uno de los fichajes estrella de la ACB. ¿Cómo surge la idea de venir a Gran Canaria?
Sentí que era la mejor situación para mí en este momento. El Granca ha sido un gran equipo durante muchos años, que ha luchado en la ACB y en la Eurocup, y decidí venir a por ello.
Vino el curso pasado con el Limoges. ¿Tuvo que buscar la isla en el mapa?
No le presto mucha atención a los sitios a los que tengo que ir. Simplemente me subo al avión con mis compañeros (se ríe).
Esta tarde juega contra el Madrid (18:30, #0). ¿Da aún más respeto tras ganarle de 39 al Barça?
No me concierne lo que ocurre con el Real Madrid o el Barcelona. Lo que realmente me preocupa son mis compañeros y mis entrenadores. Lo que pasa con otros equipos no me importa, todos son muy buenos.
Le espera un duelo apasionante con Llull...
Es realmente un muy buen jugador. Pero el baloncesto es un trabajo de equipo. No se trata de uno o dos jugadores, sino de todo el equipo.
Lleva a su ciudad, Nueva Orleans, tatuada con el código 504. ¿Qué recuerda del huracán Katrina?
Fue algo terrible. Mi madre nunca creyó que fuera a ocurrir algo así. Yo me dormí, al día siguiente me desperté y todo era caos. Cogí el coche y conduje hasta Houston.
Pudo cambiar de universidad en aquel año pero se mantuvo fiel a su ciudad
Pensaba que era un buen jugador. En el instituto no me entrenaron muy bien, pero en los dos primeros años de Universidad sentí que lo estaba haciendo bastante bien. Después ocurrió lo del huracán y dije que no a otras universidades porque quería quedarme en mi ciudad y porque antes no me habían tenido en cuenta.
¿Qué ha significado jugar para usted en ciudades como Mersin, Siena, Estambul, Limoges y Las Palmas de Gran Canaria?
Mucho. Era un chico de 22 años que nunca había estado fuera de Estados Unidos. Cada equipo en el que he jugado cada año me ha permitido conocer diferentes ciudades, países y culturas. He tendidos buenos y malos momentos.
¿Qué recuerda de su época de jugador de fútbol americano?
Era realmente rápido y no me gustaba el baloncesto, pero crecí y dejé el fútbol americano por un tiempo. Y hasta ahora.
Su padre y usted son jugadores de baloncesto. ¿Es este deporte una alternativa para tener una vida mejor y ayudar a su familia?
No sabía cómo me iba a ir en le baloncesto, era complicado saberlo. En el instituto tenía el mismo entrenador que tuvo mi padre. Intenté meterme en el equipo de fútbol, pero me dijeron que no podía y lo dejé.
¿Para cuándo la NBA?
(Se ríe). Ya estoy mayor para eso. Tengo 31 años, 32 en un par de meses. Ahora mismo no pienso en ello, no está en mis planes.