El Fuenlabrada se consuela en Europa y deprime al Bilbao
El colista de la ACB está invicto en su pista y sube sus opciones de pasar. Una doble técnica a Mumbrú desencadenó el caos de un rival que entra en crisis.
El Fuenlabrada se ha hecho fuerte en casa. En la ACB malvive pero en la Eurocup en su feudo, casi despoblado entre semana, no hay quien le tosa. Y menos lo hizo un Bilbao que sigue metido en la fosa de las dudas. Nadie sabe muy bien qué ha pasado al RETAbet, pero ese equipo que llamaba con los nudillos a la puerta del liderato liguero en solitario, que arrancó con el mejor balance ACB de su historia, ahora se ve inmerso en un baloncesto caótico. Mumbrú es el líder y todo quedó resumido en cómo se borró: entró a los seis minutos de juego, con la mente fría pero con ganas de calentar pronto para reducir la distancia (17-8). Cogió un rebote defensivo, cometió una falta en ataque sobre Popovic y poco después recibió una personal que le permitió anotar dos tiros libres. Hasta ahí todo normal. Pero luego llegó el despropósito. Rozó el surrealismo. Otra falta en ataque por rodear con el brazo a Smits cuando posteaba derivó en protesta y la primera técnica. Instantes más tarde, al marcharse al banquillo, cometió el error de hacer burlas con amagos con el cuerpo hacia un lado y otro en un par de ocasiones, como imitando al árbitro o tal vez al rival. Así que le pitaron una segunda técnica y fue descalificado. Duró un minuto y 35 segundos en pista. Nadie, Popovic y Hervelle al margen, tiene tanto bagaje europeo como él y debería saber que en Europa estas cosas pasan, que los colegiados son puntillosos y a veces se mueven en un universo diferente al de la lógica.
Decía Cuspinera que la Eurocup era sólo un trampolín para afinar la orquesta de cara a la ACB, su verdadera preocupación. Pero se ven tan desenfadados que optar a la siguiente fase parece ya casi una obligación. Todo sonrió en la tarde del Fernando Martín (ahora que este nombre está tan de actualidad por el 30º aniversario de su aterrizaje en la NBA): Xavi Rey, un recién llegado como quien dice, fue decisivo; y Rupnik, aterrizado desde la LEB, mostró enorme desparpajo para ayudar a Hakanson en la cabina de mando. El Fuenla se paseó por la primera parte, en proyección de meter al Bilbao más de 90, como el Tenerife. El equipo está alborotado y debe pensar en proteger la pelota: Eric, su bastión defensivo, no acaba de ser consistente y regular, y es verdad que tiene ADN de correr como un poseso, pero el juego muchas veces exige organización y no la tiene. Además, parece imposible corregir la tendencia a perder balones: 22 esta vez.