El Bilbao supera al Guaros con Bamforth en plan estelar
Presentación oficial con buenos apuntes. El campeón de la Intercontinental exigió mucho físico en Miribilla, aunque el perímetro local acabó decidiendo
La función comenzó con la presentación, más en detalle que habitualmente, de los jugadores del Bilbao. Cuando llegó el turno de Mumbrú y Hervelle la férrea estructura de Miribilla amenazaba con ceder, y no digamos ya a la llamada Salgado para situarse bajo el haz de luz. El Guaros de Lara viene eufórico y encara una gira por España con tres partidos (le quedan ante CAI y Baskonia), pero es un equipo que aunque de inicio amaneció un tanto acomplejado, no sale de la vía en ningún momento. Luce con orgullo el título de la Intercontinental derivado de esta guerra entre FIBA y Euroliga, tras ganar al campeón de la Eurochallenge, el Fraport Skyliners, alemán. “Es un orgullo poder volver a veros. Hay mucha gente nueva, Axel y yo nos hemos encargado de contarles lo que es jugar en Miribilla; el resto lo conocerán por vosotros”, reflejó en su alocución desde el centro de la pista Mumbrú. “Siempre me ha perecido un espectáculo jugar aquí. Vamos a dar el máximo”, completó Duran.
De inicio el preparador catalán pudo poner en liza un cinco reconocible, bastante aproximado a los que irán saliendo en la inminente Liga: Tabu, Bamforth, Mumbrú, Hervelle y Michael. Y su pegamento empieza a lanzar destellos. Se nota, eso sí, que va el grupo corto de kilómetros, porque hay parones en los que el balón no fluye y apenas le llega alimento al cinco, Michael. Bueno en un día normal del pívot de origen nigeriano se llevó 12 puntos, cinco rebotes cuatro robos y 18 de valoración.Los arreones de clase de los pesos pesados y la virtud que emana del triple le mantuvieron al Bilbao sin problemas al frente en el marcador con ventajas cercanas a los diez. Duran pudo combinar quintetos de peso con otro plagado de jóvenes y dar rienda a esa libertad en ataque que preconiza. Sólo faltaban el croata Buva y Mendia, por molestias físicas. Salgado en esta ocasión fue la última rotación y, por tanto, el tercer base. Incluso estuvo al final, al estilo Navarro, para los ataques y se sentaba para las defensas. Todorovic se ve con más cariño desde la pizarra y aporta decisión y Nikolic se abre para lanzar con enorme facilidad.
El partido tenía más fuste que un mero bolo de pretemporada. Los locales tuvieron graves problemas en el rebote (en un par de acciones los venezolanos insistieron hasta en cuatro ocasiones) y eso les impidió correr. Los desajustes son normales a estas alturas, con muchos recién llegados de sus compromisos con las selecciones. Tienen que conocerse mejor porque el estreno ante el Fuenla se acerca inexorablemente. En ataque, eso sí, impera la tranquilidad, se meten tandas de 20 puntos por cuarto como si nada, aunque falta creación en el poste bajo para equilibrar el enorme arsenal del perímetro con el juego interior.
Al Guaros le mantuvo en pie el banquillo: 24 puntos salieron de ahí en la primera parte, en gran medida gracias a Jefferson, un atleta en toda regla que contribuyó a los seis mates venezolanos ese período. Un poquito de Hervelle, otro de su compadre Mumbrú, más la interesante metralleta de Bamforth fueron madurando el amistoso ante un rival que echó en falta a Guillent, el base titular, pues notó un toque en la espalda en la primera parte. Del 70-56 materializado por el escolta norteamericano con pasaporte de Kosovo, a falta de nueve minutos, se pasó al 72-66. El Bilbao se tragó unas cuantas puertas atrás, en los cambios defensivos del rival se anulaba. Su tranquilidad en campo de ataque es pasmosa a estas alturas, pero en un par de flashes se arremolinó y hasta dejó de defender por ese bloqueo ofensivo. El Guaros, que nunca se evade, se disparó hasta un punto por debajo en tres ocasiones, y ahí tomó malas decisiones.