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ATLANTA HAWKS 99-CLEVELAND CAVALIERS 100 (0-4)

Love (27) acribilla a los Hawks y los Cavaliers pasan a la final

El equipo de Cleveland barré 4-0 a Atlanta que nunca creyó y ya espera rival para la final del Este. El ala-pívot se salió con 8 tripes y 13 rebotes.

Kevin Love lanza desde la línea de tres puntos.
Kevin Love lanza desde la línea de tres puntos.Kevin C. CoxAFP

Cleveland Cavaliers ya están en la final de la Conferencia Este. Era lo esperado, la verdad. Aunque no tanto la facilidad con la que han llegado hasta ella. 4-0 en primera ronda frente a Detroit Pistons y, tras vencer este domingo (99-100), 4-0 en la semifinal ante Atlanta Hawks. Un 8-0 a la carrera que se suma a las 7 victorias seguidas que consiguieron la pasada temporada antes de llegar a las Finales de la NBA. Un magnífico historial que ejemplifica la superioridad aplastante en el Este de la franquicia de Ohio que llega por segundo año consecutivo a esta ronda de Playoffs. Esto es una demostración más del increíble monopolio que tiene LeBron en su Conferencia: 6 años seguidos llegando hasta este punto.

Pero esta vez, el Elegido no fue el hombre del partido, aquel que lo hace y deshace todo. En esta ocasión, el héroe fue Kevin Love, que en estos nuevos Cavs perimetrales ha cogido un rol más importante que el desarrollado durante la Temporada Regular y ya no hablemos en comparación con la pasada campaña. El ala-pívot es portador de una relevancia que ha hecho que sus números crezcan de los 16 puntos de media en la regular season a los 18,9 de ahora. En este cuarto partido en Atlanta, llegó a los 27 tantos con 8 triples de sus 15 intentos (53,3%) y de los 16 de su equipo. Es su segunda mejor marca anotadora en esta postemporada y su récord este año en acierto desde el perímetro. Suma ya 20 triples y es el tercer jugador de los Cavaliers, tras Smith y Frye, que anota 7 o más lanzamientos desde el perímetro en esta serie concluida ante los Hawks que tuvieron en sus dedos ganar una vida extra.

Como en el tercer encuentro, Budenholzer decidió contar con Sefolosha en el quinteto titular en perjuicio de Korver, que se despide de esta eliminatoria con una aportación, digamos, que discreta. Sólo en el partido anterior encontró su mejor versión con 5 de 9 triples. Hoy, una vez más no estuvo. Los Hawks sólo pudieron contar con tres hombres de confianza. Al principio Millsap, en el intermedio con el suizo y al final con Schroder. El pívot comenzó el partido como un titán. Logró 15 de sus 19 tantos en los primeros 12 minutos, para luego ir diluyéndose como el resto de un equipo que nunca creyó. La franquicia de Georgia fue bajando los brazos con el devenir de unos acontecimientos que cocinaron a fuego lento el trío de los Cavs. Al mencionado Love, hay que añadir que LeBron acabó con 21 puntos los mismo que un Irving que dejó movimientos y canastas estelares que sólo él puede desarrollar.

Atlanta logró en el primer cuarto, con un triple de Bazemore, alcanzar los 12 puntos de diferencia (29-27) y algo de felicidad. Con tres triples casi seguidos, Love puso el punto final a la remontada de los Cavaliers (66-70). Sefolosha con cinco tantos dio de nuevo la vuelta a un marcador (73-72) que un 3+1 del ala-pívot puso a favor de los Cavs otra vez (75-79).

En el último cuarto, la franquicia de Ohio se encontró ante la situación de poder rematar a su enemigo, pero se vio incapaz de llevarlo a cabo. Fallos e imprecisiones que sólo supo leer bien Schroder. El base alemán le ha comido la tostada a Teague. Es así. Tiene desparpajo, velocidad, valentía y, sobre todo, calidad. Con 91-96 tras triple de Frye, encadenó 6 puntos (finalizó con 21) y puso el susto en Ty Lue y en LeBron James que cometió dos errores casi imperdonables al final. Primero se lanzó un tiro sin sentido a ocho metros cuando con 99-100 y 14 segundos de juego aún. En la siguiente y última posesión, en un salto entre dos con Schroder, mandó el balón en mala dirección, dando una pequeña posibilidad a los pupilos de Budenholzer de ganar. Pero no fue así y los Cavaliers vencieron su 12º partido seguido de Playoffs a los Hawks. Eso sí que es una maldición.