UNICAJA 62-REAL MADRID 88

Un Real Madrid muy compacto desmantela al Unicaja

Los blancos arrasaron al Unicaja en el último cuarto (7-28). Entre Carroll y Rudy sumaron 35 puntos y entre los Sergios y Ayón, 16 asistencias.

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No han pasado ni tres semanas desde la eliminación a manos del Fenerbahçe. Pero a diferencia de hace dos temporadas, cuando el Madrid se diluyó como hielo en agua caliente tras perder la final europea ante el Maccabi, esta vez parece compactarse. La tregua mental y física que no le habían dado ni los viajes ni la competición desde septiembre, la encuentra ahora. Un grupo más fresco, con amago de resurrección incluida, la de Trey Thompkins. Más estable en su aportación, sumando en ataque y hasta robando balones (cuatro en el Carpena, dos seguidos mano a mano a siete metros del aro). Más estable; como el equipo.

Un bloque que ha transmitido durante el curso la sensación de ir a matacaballo, casi con el gancho para no descolgarse en algunas de las fases del torneo continental. Y esa impresión no la traslada ahora. Con la Euroliga terminada, la altura de los rivales ha decrecido, pero viene de ganar en el Palau, y Málaga siempre es una plaza difícil. De hecho, el Unicaja es uno de las opciones más duras que le pueden caer en cuartos.

El Madrid controló siempre el duelo. Solo se le encabritó cinco minutos, los cinco primeros de la segunda parte. Cuando se juntaron el hambre con las ganas de comer. Los blancos lo vieron ganado y se relajaron y los de Plaza salieron a morder porque les gruñe el estómago, aún sin una plaza segura de playoff que echarse a la boca. Deben ganarse el billete y su máxima aspiración ya es la sexta plaza, aunque el margen para clasificarse es amplio: dos triunfos de ventaja a tres jornadas del final.

En la reanudación, decíamos, los locales mostraron una gran actitud defensiva, presionando mucho la circulación de balón, lo que apagó al rival durante cuatro minutos y diez segundos. Tiempo suficiente para firmar un parcial de 13-0 acaudillados por Nedovic y poner del revés el calcetín: del 34-43 al 47-43. Antes, en el arranque, habían llegado a ir cinco arriba tras cuatro triples sin fallo de Kuzminskas (18-13). Fogonazos de talento y la fuerza del rebote de ataque (12). Matices verdes en un duelo que acabó pintado de blanco níveo.

El alero lituano desapareció y los ramalazos de orgullo del Unicaja quedaron sepultados bajo un mar de pérdidas (19 por apenas 6 de los de Laso y 14 robos). El Madrid respondió al golpe malagueño con pegada: 0-11 con los Sergios al timón, uno a cada lado. Y más pegada: Rudy y Carroll. Entre los dos, 35 puntos. El mallorquín enlazó tres triples (5 de 9) y el de Laramie, doce tantos en el último cuarto, incluida una serie de dos canastas y un triple que anegó al enemigo. El marcador de esos diez últimos minutos fue de 7-28 y el Real alcanzó la máxima con el bocinazo final: +26, 62-88. Una tunda en toda regla a uno de los aspirantes a dar la campanada al principio del curso.

El Madrid sacó nota alta en defensa e hizo más evidente la falta de ideas en la dirección del Unicaja. En ataque, mostró una amplísima gama de recursos. Lanzó al 61% de dos, al 43% de tres y repartió 25 asistencias (16 entre los Sergios y Ayón). Muy compacto con nueve jugadores en la rotación, porque ni Doncic ni Taylor tuvieron minutos y Nocioni disputó menos de seis. Mientras, Willy Hernangómez volvía a quedarse fuera de la convocatoria. Pintan bastos para el pívot. El Madrid avasalló así en su compromiso más duro a priori en este sprint final y se mantiene tercero igualado con el Valencia y a solo un triunfo ya del Barcelona tras su tropiezo en la Fonteta. Pierde el average particular con sus dos rivales por el liderato, pero un triple empate en la cima le situaría segundo por delante de los azulgrana. Emocionante desenlace.