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TORONTO RAPTORS 107-CHICAGO BULLS 109

Los Bulls sin Gasol asaltan un fortín con un gran McDermott

El internacional español, con una inflamación de la rodilla, no estuvo en la vital victoria de Chicago en Toronto. El alero alcanzó los 29 puntos. Jugó Butler.

Jimmy Butler y Doug McDermott.
Jimmy Butler y Doug McDermott.Tom SzczerbowskiUSA Today Sports

Los Chicago Bulls se agarran a su sueño de estar en los playoffs. Las bajas y la incertidumbre de un juego de sube y baja, todavía no ha minado la moral de un equipo que aterrizó en Toronto con la necesidad vital de vencer en un fortín, el Air Canada Center, y así aprovechar el tropiezo de los Pistons en Washington. Desde la derrota del pasado mes de enero contra la franquicia de Illinois (el día que Butler se disfrazó de Jordan en la segunda mitad) hasta el partido de esta madrugada, los de Casey habían jugado 16 encuentros en casa. Balance: 15 victorias. Sólo los Rockets les sorprendieron.

Cavaliers, Clippers, Celtics... uno a uno, todos caían, pero en esto llegaron los de Hoiberg sin Gasol (inflamación en la rodilla), Rose (ingle) y Dunleavy (virus estomacal) y asaltaron un castillo con fosa, murallas de 50 metros, torres defensivas, almenas... todo aquello que evita a los bárbaros arrasar el castillo. Los Bulls vencieron (107-109) y lo hicieron con la mejor versión de McDermott (29 puntos), con Butler de vuelta (13 tantos y 6 asistencias) y sin perder nunca el dominio del marcador. "Alguien (de los Bulls) tiene siempre una experiencia extracorpórea cuando juegan contra nosotros", señaló el técnico local antes de comenzar el duelo y, la verdad, es que el alero de segundo año ya salió dos veces de su cuerpo para destrozar a los Raptors. En el último triunfo frente a ellos acabó con 30, hoy con 29 (24 de ellos en la primera parte con 7/7 en tiros de campo) alargando una maldición que viene desde el 31 de diciembre de 2013 cuando los Raptors ganaron por última vez a los de Illinois. Desde ese día, nueve duelos y 100% para los Bulls con 4-0 esta temporada. No sirve para un desempate para un puesto de playoffs (la distancia entre el segundo y el octavo ya es insalvable), pero da moral para lo que resta de temporada (si se puede contra ellos, se puede contra el resto) y para un posible emparejamiento en los playoffs.

El encuentro comenzó con un dominio visitante que duró siempre, aunque al final hubo tensión e incertidumbre. Los Bulls tiraron de rabia para ponerse 4-13 en un comienzo fulgurante, con un buen trato al balón (sólo perdieron 8 balones en todo el partido), un Mirotic titular (17) y un Moore (17) inspirado al anotar ocho de sus nueve primeros lanzamientos. Butler, en su regreso tras tres encuentros ausente, estuvo muy lejos de la versión mutante, pero fue vital. Por presencia, por intimidación, porque dio la victoria a los suyos. Sin más. "Un triunfo es un triunfo, importa una mierda cómo jugué. Creo que hicimos un gran trabajo", subrayó el escolta que tuvo que hacer frente al ciclón DeRozan. Lowry (33) y él (27) hicieron su magnífico trabajo diario de all stars, más el de un lesionado Valanciunas, que tuvo que retirarse en el primer cuarto por problemas en la mano izquierda, esa que le tuvo de baja 17 partidos al principio de la campaña. No parece nada grave ahora mismo. Veremos. 

Los dos jugadores franquicias de los Raptors observaron como el duelo se les escapa casi definitivamente al comienzo del último periodo. Un triple de McDermott ponía el +13 a favor de los suyos a diez minutos del final (77-90). 16 puntos de ambos dejaron todo abierto a falta de un minutos (100-106). En esos instantes se iniciaron las andanadas. Justin Holiday no sacó a tiempo de banda (103-106) a 25 segundos para acabar. DeRozan, en la siguiente jugada, salió como una rayo para dejar el marcador en un punto de diferencia. Mirotic anotó dos tiros libres y Lowry acertó a continuación (107-108). Butler, en la siguiente jugada, logró un 1/2 desde la personal, para dar la opción al escolta raptor a volar, como había hecho antes, de costa a costa. El jugador de los Bulls se pegó a él todo lo que pudo y en el momento que su pareja de baile iba a elevar el balón, dio un zarpazo para evitar el empate. Un movimiento que valió un triunfo y quién sabe si unos playoffs.