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UN GRANDE EN APUROS

Crisis en el Maccabi Tel Aviv, ¿fin al sueño macabeo?

Tras ser eliminados de la Euroliga en la fase de grupos, el equipo israelí está también fuera de la Eurocopa. Los problemas institucionales influyen de la misma manera.

Dani Díez disputa el balón a Yogev Ohayon durante un partido de la Euroliga esta temporada.
ABIR SULTANEFE

El legendario Maccabi Tel Aviv, uno de los equipos más venerados del baloncesto europeo en las últimas décadas, ha sucumbido esta temporada a su peor crisis deportiva e institucional, que algunos expertos ven ya como el posible "fin del sueño macabeo".

"Bye bye Europa", "El final de un mito" y "El equipo de los errores", son algunos de los titulares que estas últimas semanas recogen el sentir en las filas macabeas, un equipo que tiene en sus vitrinas seis campeonatos de Europa (Euroleague y su predecesora Copa de Europa), nueve subcampeonatos, una copa Intercontinental y una del Adriático.

Pero los días de gloria, que históricamente lo sitúan en el segundo lugar del baloncesto continental por detrás del Real Madrid, parecen haber pasado... a juzgar por los paupérrimos resultados de la actual temporada.

A mitad de febrero, después de haber caído en la fase de grupos de la Euroleague, el Maccabi se veía arrollado por el Nizhny Novgorod en la Eurocopa, y apartado por primera vez en años de las competiciones continentales a mitad de temporada.

"Nadie puede decir que se le haya hecho algún mal al Maccabi, lo que se le ha hecho es justicia", afirmaba el comentarista Elad Zeavi en las páginas deportivas del diario Haaretz, al describirlo como un equipo "sin orgullo" y "sin amor propio".

"Solo pan y mantequilla de plato principal", agregaba en términos gastronómicos sobre el juego de su actual plantilla, que ni siquiera encabeza este año la Liga local y a principios de febrero cayó por un apabullante 91-56 ante el tercer clasificado, el Haifa Hunter.

La crisis se ha visto acolchada la semana pasada con la consecución de la Copa del Estado israelí (equivalente a la Copa del Rey española), un premio de consolación que no ha mitigado las críticas en lo más mínimo.

Para el comentarista Shai Hausman ha llegado el momento de que los seguidores macabeos se den cuenta de que "quizás ya esté aquí el fin del mundo tal y como lo conocemos hoy", porque la capacidad del Maccabi ha sucumbido "al mito de su propia dirección".

Se refiere a su histórico presidente Shimón Mizrahi, "Don Simón" -como es popularmente conocido- que a sus 78 años dirige las riendas del equipo ininterrumpidamente desde 1969.

"Su autoridad se ha debilitado", señala el comentarista en su blog, lo que a su juicio ha permitido un tira y afloja entre los directivos más jóvenes, grupos de inversores y personal técnico que acaba carcomiendo la moral del equipo y mostrando la puerta de salida al entrenador de turno.

El actual entrenador, el croata Zan Tabak, entró en funciones a principios de la actual temporada en sustitución de Gay Gudes, con el que le equipo tuvo uno de sus peores años en la temporada 2014-2015.

Bastan las estadísticas para ver que algo ha cambiado en el histórico Maccabi: si de 1969 a 2007 (38 años) el equipo se hizo con 37 ligas de su país (solo la perdió en 1992-3), en los últimos ocho la ha conquistado solo en cuatro ocasiones. Detrás de esta pérdida de influencia en el baloncesto local aparecen una serie de nuevas regulaciones adoptadas por la Federación Nacional de Baloncesto para diluir la absoluta supremacía macabea.

Sus 51 ligas y 42 copas generaron la década pasada un debate interno acerca de cómo alcanzar una verdadera competitividad en el baloncesto local y las medidas aplicadas -limitación de extranjeros sobre el parqué, techos salariales o cambios de fórmulas para la final- acabaron perjudicando a los de Tel Aviv.

"Puede que estemos en el punto más álgido de un proceso que comenzó hace años. Uno tras otro el Maccabi se ha ido despojando de la mayoría de sus activos", sostiene Hausman, quien recuerda también que en los últimos años se ha restringido la inversión en grandes jugadores debido a una nueva política de "cordura económica".

Todos estos factores pueden haber dado la puntilla a un equipo que entró en el mapa europeo en 1977, cuando tras derrotar al CSKA y llegar a la final de la Copa de Europa, venció por 1 solo punto al por aquel entonces todopoderoso Varese italiano.