Sus jugadores no lo sabían aún, pero con la remontada lograda en Phoenix le brindaron a Jason Kidd la mejor despedida temporal posible. El técnico será sometido hoy mismo a una intervención de cadera, por lo que deberá ausentarse indefinidamente del banquillo de los Bucks. Y lo hará con una sabor dulce tras la victoria por 95-101 en la cancha de unos Suns que fue uno de los equipos cuya camiseta defendió como jugador. Y eso que tras un triple y dos tiros libres de Brandon Knight que pusieron el 68-53 en el marcador en el ecuador del tercer cualto parecía que la racha de 12 derrotas consecutivas a domicilio de los ciervos continuaría.

No fue así porque entre Carter-Williams (20-9-6) y Khris Middleton (26 y 7 asistencias) se encargaron de reducir la distancia hasta que una canasta de Greg Monroe en los últimos segundos encarriló el triunfo de los visitantes. Antetokounmpo no jugó por molestias en la rodilla y Markieff Morris volvió a jugar, aunque como suplente, en los Suns.