A lo Jordan: Anthony Davis se sale en otro 'partido de la fiebre'

Anthony Davis completó esta madrugada en Denver la que hasta la fecha es su más heroica actuación. Y es que el ala-pívot, con síntomas de gripe, sólo pudo disputar el primer y último cuarto de un partido que acabó con el triunfo de sus Pelicans ante los Nuggets (125-130). "Me encontraba muy mal, vomitando y demás. Hice todo lo que pude para regresar al parqué", comentó el gran protagonista de la jornada en la NBA. Con sus 27 puntos, 6 rebotes y 4 tapones en ¡menos de 20 minutos de juego! asombró a propios y extraños para acabar recordando al mísmisimo Michael Jordan de aquel quinto partido de las Finales del 97 en Utah. 'The Flu Game' (en realidad lo Air no fue una gripe, si no una intoxicación alimentaria), parte II.

Quién lo diría. Pese a su delicado estado físico, Davis apareció como si fuera un ciclón por el Pepsi Center para cosechar 19 tantos en el primer cuarto. Una marca que supuso la mejor de su carrera hasta el momento. Se vació de tal manera que tuvo que retirarse al vestuario... para regresar ya de cara al último y definitivo acto. "Tuvimos suerte de que pudiera regresar", le alabó Alvin Gentry, su técnico. Una aparición que terminó de dar alas a sus compañeros, los mismos que en el tercer periodo habían logrado voltear el 74-67 con el que se llegó al descanso. Fue en esos minutos cuando los Nuggets perdieron a Danilo Gallinari. El súperclase italiano se marchó cojeando del tobillo izquierdo tras pisar accidentalemente a Ryan Anderson.

No obstante, Will Barton se empeñó en mantener a los de las Montañas Rocosas con opciones hasta el final. En su cuarto año en la Liga no sólo se está destapando, si no que apunta a candidato por derecho propio a Mejor Sexto Hombre del año. Partiendo desde el banquillo, el alero acabó con 32 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias. Los cuatro hombres anteriores en firmar un 30-10-5 como suplentes fueron Charles Barkley, Clyde Drexler, Kevin McHale y Detlef Schrempf. Casi nada.

Sin embargo, su gran noche no pudo competir con la de un Anthony Davis más jordanesco que nunca y que se ha propuesto meter a los pelícanos en Playoffs sí o sí. El objetivo está cada vez más cerca. Tras el horripelante inicio de los de New Orleans, cuatro partidos de desventaja no son nada.