El Movistar Estudiantes firmó su novena derrota, en diez jornadas, tras un partido en el que demostró no tener poder de reacción ante un MoraBanc Andorra que, sin hacer nada extraordinario, venció por 75-82.

Un 0-5 de salida complicó la vida a un Movistar Estudiantes que comenzó lastrado por su situación clasificatoria, con una única victoria en su haber. Con pocas ideas en ataque, pero a base de pundonor e insistencia, los locales consiguieron primero no descolgarse en el marcador, 7-8 (min.5), y después adelantarse fugazmente con un 11-10 (min.6.20).

Así transcurrió el resto del primer cuarto, con fallos, errores en los lanzamientos y en la defensa de ambos equipos hasta el 18-19.

El equipo andorrano además de llevar la iniciativa en el juego encontró a Shawn Jones para dar el primer tirón serio al marcador, 21-28 (min.12.30).

Cada canasta, cada punto del equipo del Principado agrandaba la sensación de desánimo en un equipo que no confía en sus posibilidades, quizá por las tiene muy contadas. Xavi Rey y Tony Mitchell, los últimos intentos del club para apuntalar el equipo no han conseguido mejorar en nada al colectivo.

Rey, muy desafortunado en ataque, apenas tuvo incidencia en el juego y Mitchell fue una rémora en ataque y en defensa, casi más todavía que un Brandon Thomas desmoralizado.

Estudiantes se queda en la brega de Jaime Fernández, la lucha de Juancho Hernangómez y los puntos de Nacho Martín y de Darío Brizuela.

Así es que lo mejor al descanso fue que los colegiales todavía estaban en el partido tras el 33-39 de final de los primeros veinte minutos de juego.

Estudiantes siguió con su quiero y no puedo en el tercer cuarto. El Morabanc, un equipo estructurado y que sabe a lo que juega, sin hacer nada del otro barrio fue poco a poco aumentando su renta, 45-54 (min.27.30) hasta el 49-57 de final del periodo.

En el último cuarto Estudiantes transmitió muy malas sensaciones, con casi nulo poder de reacción. El Morabanc Andorra se limitó a hacer un aseado trabajo y dejó que los colegiales se consumieran en su propio desánimo y desatino.

La victoria andorrana por 75-82, deja a Estudiantes más que tocado prácticamente hundido.