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HORNETS 99 - WARRIORS 116

Curry (40) regala el 20-0 a los Warriors: puro espectáculo

No paran. El base, que volvía a su casa, anotó 28 puntos en un tercer cuarto de locos. Los de Oakland igualaron un récord de 1884.

Actualizado a
Curry.
Curry.AFP
NBA

Aunque no se lo crean, esto no es un videojuego. Stephen Curry volvía a casa para presenciar el homenaje de la ciudad de Charlotte a su padre, Dell Curry (máximo anotador histórico de los Hornets), una fecha que el MVP tenía marcada en el calendario. Se limitó a esperar su momento, sin forzar demasiados tiros, y explotó en el tercer cuarto: 28 de sus 40 puntos llegaron en los primeros 12 minutos de la segunda mitad, anotó los últimos 24 puntos de su equipo y levantó al público con sus triples ya habituales desde más de nueve metros. Como siempre, de locos. Los Golden State Warriors se llevaron el partido sin dificultades ante e igualaron el 20-0 con el que los St. Louis Maroons de la MLB arrancaron la temporada 1884. Nadie, nunca jamás, empezó una temporada mejor que los de Oakland en el deporte profesional estadounidense. Repito: aunque lo parezca, no es un videojuego.

En mi vida he visto algo semejante. Sin esfuerzo aparente, Curry pone en práctica un baloncesto de ensueño. Es demasiado rápido para sus rivales, demasiado escurridizo y, sin duda alguna, demasiado bueno. El partido de ayer siguió un guión que no hubiera mejorado ni el más grande de los directores. Un día en familia  (allí estaban todos menos Seth) en el que Dell recibió 'la llave de la Buzz City' y su hijo dejó boquiabierto al mundo por enésima vez (si alguien lleva la cuenta, que hable ahora o calle par siempre). "Un ambiente muy especial en el que jugar, especialmente por la ceremonia de mi padre. Ha sido genial poder escuchar su discurso en el descanso con mi madre, mi hermana, mis tías y mi abuela. Ha sido una gran noche. No puedo pedir más. Jugar como lo hice y lograr la victoria ha sido especial", dijo un sincero Stephen Curry cuando acabó el encuentro.

Los Hornets lo intentaron, es lo máximo que hemos podido decir de un equipo que se ha enfrentado este año a los Warriors. Sin un Al Jefferson que se perderá un par de semanas (gemelo), los locales lucharon de tú a tú con lo campeones durante 24-30 minutos (Batum, 17+8 y Kaminsky, 16). Pero contra el mejor Curry no se puede hacer nada. El base encontró su ritmo en el tercer cuarto, ese en el que hace lo que quiere, cuando quiere y porque quiere. Hasta 28 puntos logró en el tercero (10-11 en tiros de campo), 24 seguidos en los últimos siete minutos y medio. Bandejas que parecen fáciles y una serie de 5-5 en sus característicos triples imposibles: imparable. Curry mató el partido, pero lo hizo como solo él sabe: con un show por el que merece la pena pagar cada centavo. Y si no que se lo pregunten a los aficionados que tuvieron la suerte de llenar las gradas del Time Warner Cable Arena. El base se sentó todo el último cuarto, como también viene siendo habitual (lo ha hecho en cinco de los últimos seis partidos), pero para entonces ya había anotado 40 puntos (8-11 en triples, 14-18 en tiros de campo), la sexta vez que lo consigue esta temporada (más que nadie) y la cuarta que lo hace en solo tres periodos. También llegó a los 100 triples anotados en solo 20 partidos, destrozando el récord que hasta ahora estaba en 31 encuentros. De locos.

Los Warriors, que volvieron a superar su reto diario de las 30 asistencias (31 en 46 FG), sumaron de nuevo por encima de la centena, convirtiéndose en el primer equipo desde los Denver Nuggets de la 90-91 que lo consigue en los 20 primeros partidos de la temporada. "Ni siquiera suena real", dijo Curry cuando le preguntaron por el récord actual de los suyos. Pero sí, es real. Un regalo anticipado para todos aquellos que disfrutamos con el buen baloncesto. Puro espectáculo.