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BILBAO BASKET 92 - REAL MADRID 99

Doncic derriba la puerta y el Madrid se impone en Bilbao

Partidazo del canterano blanco que cogió el timón y acabó con 15 puntos y 22 de valoración. Carroll, Ayón, Llull y Taylor, destacados. Bertans, el mejor del Bilbao.

Luka Doncic entra a canasta, con reyes, Borg y Nocioni a la espera.
Luka Doncic entra a canasta, con reyes, Borg y Nocioni a la espera.Juan Flor

Los entrenadores de élite intentan controlarlo todo para no pisar en falso. Incluso los más creativos, amantes del talento y del instinto, tienden también a mecanizar el juego. A leer del cuaderno de bitácora como garantía de una correcta navegación: quintetos, rotaciones, jugadas… A veces, sin embargo, llega un baño de realidad incontrolable, casi como una bofetada, y les empapa los apuntes. Una ola que sacude sus esquemas, una ola en la que este domingo iba subido Luka Doncic. En la cresta, fantástico.

La perla de la cantera del Madrid, de 16 años, no había jugado en los tres últimos partidos (dos de Euroliga y uno de ACB). Apenas sumaba 86 minutos en 14 jornadas, pero la baja de Rudy y los problemillas de Llull le lanzaron al ruedo en el cuarto inicial (tampoco jugó Thompkins por una lesión en una mano). Entró para ayudar al perímetro y ya en el segundo cuarto se quedó a los mandos de la nave. Único director en pista con 1,99 de altura. Hannah le buscó las cosquillas, le presionó, pero Doncic conservó la posesión, encontró a Carroll y penetró ante el exceso de ímpetu del enemigo, que le infravaloró.

El esloveno encadenó una bonita canasta, un 2+1 y un gran mate a una mano tras dividir la zona como un rayo. Siete tantos en un suspiro sin forzar una sola acción, mirando a sus compañeros y dándole empaque al bloque en defensa. Con él, el Madrid pasó de perder por ocho (21-13) a ganar por seis (30-36, luego 46-48 al descanso).

El Dominion Bilbao creyó que le brindaban una pieza tierna y débil, fácil de cazar, y acabó claudicando a su descomunal talento. Porque el chaval transmitió serenidad plena. A Laso también, que estuvo hábil para romper moldes y darle el timón de nuevo en la parte final del encuentro. Doncic continuó asistiendo y remató con dos triples decisivos: 15 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones para 22 de valoración (la mejor actuación liguera de siempre a su edad). Añadan lo que no dicen los números y una calma a la que se agarraron Llull y Reyes para crecer en la segunda parte.

Sergio Rodríguez, que sí había empezado bien, cedió protagonismo al canterano. Carroll fue el brazo ejecutor (19 puntos en 14 minutos), mientras que Ayón y Taylor firmaron una actuación muy completa. El Madrid sigue en apuros, con problemas atrás casi atávicos: le costó sujetar a un magnífico Dairis Bertans (6 de 7 en triples) y a Mumbrú (16 tantos). Encajó otra vez todo lo encajable (92 puntos), pero tuvo pulso (apenas tres pérdidas en la segunda parte), dominó el rebote y encontró alternativas cuando el núcleo duro no era solución. Doncic ha derribado la puerta. Y no lo ha hecho a patadas, sino con clase.