Ricky (12-7) y los Wolves siguen ahogándose desde el triple

Nadie puede negar que estos Timberwolves son uno de los equipos más entretenidos de ver de toda la Liga. A la calidad y juventud de sus jugadores, hay que sumar un estilo rápido y eficaz de juego que hace que sus partidos resulten muy agradables de cara al espectador. Sin embargo, el gran inicio de curso que completaron se está empezando a ver empañado por su principal lunar: los triples. No hay manera de que entren: lucen un pobre 31% de acierto en la distancia. Esta madrugada, ante los Pistons, el partido se les empezó a escapar por su línea exterior. El 3/13 que firmaron los condenó a acabar cediendo ante los Pistons (86-96) un partido que al descanso se fueron dominando: 44-38. De esta manera, siguen si poder ganar este curso ante su afición: 0-6 en el Target Center.

Sin embargo, tras la reanudación Andre Drummond (21-11) despertó y con él el resto de su equipo para completar un parcial en la seguna mitad de 42-58 que refleja claramente la diferencia de acierto entre ambos equipos. Y eso que en el último periodo, Zach LaVine quiso por todos los medios evitar la segunda derrota de los lobos. Pese a contar con la ayuda de un Wiggins que al contrario que el resto de sus compañeros acabó mejor que como empezó, no fue así. Entre Reggie Jackson, Stanley Johnson (el rookie se está especializando en decidir partidos) y Marcus Morris amasaron 24 puntos que acabaron condenando a Minnesota y que mantienen a Detroit en los puestos de Playoffs del Este.

En lo que respecta a Ricky Rubio, acabó firmando 12 puntos (con 5/12 en tiros de campo y 1/4 en lanzamientos de tres) y 7 asistencias para completar una actuación que no desentonó pero tampoco mejoró en gran medida a la del resto de sus compañeros. Karl-Anthony Towns, número uno del último draft, arrancó muy fuerte (12-6 en la primera parte) para acabar perdiendo fuelle: 18-7.

"No podemos anotar. Conseguimos tiros, pero los fallamos. Hay que lanza mejor", comentó Sam Mitchell, el técnico interino de los Wolves hasta final de curso, sobre un problema que aflige (y mucho) a su equipo. Y es que, para que se hagan una idea, la franquicia de Minneapolis ha logrado 63 triples en 13 partidos esta temporada. Ocho menos (aunque con un partido más) que los firmados hasta el momento por Stephen Curry (71). El base de los Warriors también acumula más que los Nets y los mismos que los Heat. Tremendo.