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KINGS 94 - WARRIORS 103

El Curry más humano (24) alarga la racha de los Warriors (7-0)

El base apareció justo a tiempo pese a que llevaba sólo 3 puntos al descanso y un 0/8 en triples hasta que encchufó el primero en el último cuarto. Triple-doble de Rondo.

Curry supera la defensa de Rondo.
Curry supera la defensa de Rondo.@NBA

El día en el que Stephen Curry mostró su versión más terrenal, los Warriors demostraron que también sufrir para acabar rechaciéndose y seguir manteniéndose como el único equipo invicto (7-0) de toda la Liga. Todo a pesar de que los Kings (de nuevo sin su estrella, DeMarcus Cousins) no le perdieron la cara al partido en ningún momento y llegaron a tomar la iniciativa en el marcador (79-78) en el ecuador del último cuarto. La sorpresa podía saltar en Sacramento. Sin embargo, Golden State despertó a tiempo. Y sí, lo hizo de la mano de un Curry que apareció para clavar su primer triple de la noche cuando había errado sus 8 primeros intentos (recordemos, hasta entonces lucía un impresionante 36/70). Pese a que aún faltaban más de 5 minutos por disputarse, ahí se decidió el partido. Los de Oakland recobraron la calma y terminaron imponiéndose por 94-103. El mal trago había pasado.

Ya lo ven, en su peor día del curso Curry acabó renaciendo de sus propias cenizas (sólo 3 puntos al descanso con 1/6 en tiros) para erigirse en el héroe de su equipo sumando 21 tantos en la segunda mitad. De esos, 10 (incluidos sus dos únicos triples convertidos) llegaron en los últimos 6 minutos del encuentro. Podrá estar más o menos entonado, pero nadie le puede discutir su condición de líder supremo. Como tal, dio la cara. Cuando peor pintaban las cosas para los actuales campeones, apareció él. Finalmente acabó con 24 puntos (8/18 en tiros de campo con un 2/10 en triples), 6 rebotes, 4 asistencias y 6 pérdidas. Misión cumplida para el MVP.

Más allá de la irregular versión de Steph, los Warriors también pagaron los malos porcentajes del resto de sus hombres. Un problema que solucionaron en varias fases gracias a las segundas oportunidades que lograban pescar entre Draymond Green, Festus Ezeli (10-12) o el brasileño Barbosa. Aun así, llevaron la iniciativa del marcador durante casi todo el partido. Los Kings no quisieron ser menos y, quizá acobardados por la entidad del rival, también arrancaron con la mirilla desviada. Resultado, un primer periodo que no pasará a la historia (14-24). Después, Klay Thompson (sigue funcionando a ratos) tomó la iniciativa de los suyos y en duelo directo con Rudy Gay negoció una renta cómoda al descanso para los de Luke Walton (38-46) pese a contar con un Stephen desconocido hasta entonces.

No obstante, poco a poco en los Kings fueron haciendo acto de presencia sus dos grandes pilares esta madrugada. Marco Belinelli (22 tantos) empezó a calentar la muñeca y, sobre todo, Rajon Rondo surgió para jugar su mejor partido en meses (quizá en años). El base se creció al tener delante a Curry y acabó firmando un triple-doble (lleva 16 en las últimas cinco temporadas, más que ningún otro jugador) con sus 14 puntos, 12 rebotes y 15 asistencias a los que añadió cuatro robos de balón. Pero ni con esta pareja en plena ebullición, ni con la caraja y excesiva relajación que mostraban los Warriors, los de George Karl lograron dar ese golpe encima de la mesa que les ayudara a creérselo de una vez. 

La sensación es que, en algún momento, Golden State tendría que aparecer. Se mantuvo con vida aprovechando la atención que recibía Curry por fuera para doblar balones a la continuación del resto de sus compañeros. Y cuando el base llamó a la puerta, ya lo hemos visto, el partido terminó. Los actuales campeones ya han demostrado que no sólo saben ganar de paliza (lo habitual), sino gestionar partidos igualados y ante rivales de entidad (Clippers) y decidir en aquellos que juegan al tran-tran (como el de esta noche). Así han amasado una diferencia de 128 puntos a favor en estos primeros 7 partidos. La tercera mejor de la historia de la NBA. Hasta en los malos días, los equipos campeones acaban imponiéndose.