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TELEKOM BONN 81-DOMINION BILBAO 90

El Bilbao sale de la depresión con un triunfo solvente en Bonn

Tras una ventaja de 22 ante el Telekom, tuvo que salir Raúl López cuando apretaba la soga. Bertans estuvo muy incisivo y lección de personalidad de Dejan Todorovic.

Bilbao
Dejan Todorovic, ante Mangold
Dejan Todorovic, ante MangoldJOERN WOLTER

El Dominion Bilbao recuperó el ánimo con un triunfo reparador en Bonn ante el Telekom. No se puede decir que fuese una victoria para lanzar confeti, pero, a diferencia de lo que sostenía Sito Alonso el domingo, lo importante era ganar y ya quedará la poesía para otro momento menos agobiante. Da la impresión que es mejor en la actual tesitura jugar fuera, cuanto más lejos mejor: Andorra, Bonn... para esquivar miedos, para no atenazarse ante la responsabilidad que supone Miribilla. El equipo jugó con enorme ansiedad, devorado por sus fantasmas, y la batuta de Raúl López serenó la escena. Salió con la consigna de rematar todo lo que le llegara y amasó un par de balones que resolvió con su clase habitual. Si se trataba de recuperar la autoestima el que mejor lo interpretó fue Dejan Todorovic, colosal, con 14 puntos sin fallo.   

El cuadro bilbaíno tenía un par de consignas muy claras ante el despendolado cuadro germano: había que estar muy agresivos con el balón, cerrando líneas de pase y penetración, para ahogar ese perímetro dinámico que tiene el plantel de Fischer. El juego era pura centella y los bilbaínos se pasaban bien la pelota. Bogris hizo pronto tres faltas, por mal posicionamiento. No acaba de espabilar. Eso activó antes de lo esperado a James y variantes como Hervelle de cinco (suele ponerse ahí con Suárez en pista como cuatro).

De repente, la tormenta anotadora. Del 10-5 se pasó en un pestañeo al 18-40, la máxima diferencia para los bilbaínos. Un parcial de 0-13 y 2-26 similar a aquel mortífero de 0-25 del Granca. Por medio 30 tantos en ocho minutos desmintiendo que el equipo no tenga puntos, algo que pareció arrastrar en las dos derrotas seguidas en casa. La salida briosa de Dejan Todorovic, con mucho carrete para que por fin Mumbrú rebajase sus minutos de actividad (no pasó de 25, algo muy poco usual), fue decisiva.

El partido era por momentos un correcalles: muchos pasos, porcentajes malos, pases sin sentido, anarquía... El Telekom se movía al ritmo de Lawrence (10 asistencias, se dice pronto) e hizo un 5-0 de salida tras el descanso para dar un aviso. Mumbrú se puso en el cuatro y Sito arriesgó con Borg cuando la renta empezaba a encogerse. El chaval apretó en defensa y cuando ardía la bola metió un triple que daba aire: 71-55. Raúl López tomó el relevo luego, cuando la diferencia bajó hasta el 62-71 (-7:52) por un triple de Clarke. El mago de Vic hizo un ataque con parada en un tiempo y giro completo que fue pura delicia.

El equipo estaba, de todos modos, bajo sospecha. Una antideportiva a James solo se aprovechó con un tiro libre del americano, pues el otro se fue a Múnich y el ataque se extravió por alguna calle anexa. A cambio metió un triple McKinney en el ataque posterior para relanzar la angustia: 65-73, luego reforzado por el 69-74. El Telekom se puso incluso a tres. Raúl siguió tomando la responsabilidad y, con Bertans letal y Ruoff luego más centrado, el equipo sacó el alma torera y la serenidad cuando pocos lo esperaban. Con esa traza de enorme personalidad debe construir su futuro.

Por otro lado, el director general del Dominion Bilbao Basket, Eduardo Gárate, hizo ayer una "valoración positiva" de la sentencia de la Audiencia Provincial de Bizkaia, fallo que condena a Sergio Castro Lahuerta, dueño de Uxue Bioenergía y Renovables, antiguo patrocinador del club, a tres años de prisión y una indemnización de 900.000 euros por un delito de estafa a la franquicia de Miribilla (noticia que puede leerse en la edición impresa de AS). "Hay que ser prudentes y ver en qué puede quedar, es pronto para valorarlo y hay que ver si se produce un recurso o cualquier acción de los acusados", prosiguió.

La sentencia atiende parcialmente la acusación particular, ejercida por el Bilbao Basket, que solicitaba una pena de cinco años de prisión para el empresario, además del pago de 6,9 millones de euros, cantidad correspondiente a la esponsorización firmada para cuatro temporadas y media. El Ministerio Fiscal, por su parte, pedía una sanción de cuatro años de cárcel y 2,4 millones de euros. La Audiencia Provincial de Bizkaia, asimismo, ha decidido absolver al otro acusado, Sergio Olmos. Castro ya ha anunciado que recurrirá la sentencia.