Pau y Mirotic sucumben ante un futuro MVP: Anthony Davis

Anthony Davis aterrizó en Chicago, su tierra, para mostrar por enésima vez que es un jugador mayúsculo. El ala-pívot de los New Orleans Pelicans anotó casi un punto por cada minuto que estuvo en cancha (26 tantos en 27 minutos) para dar la victoria a los suyos ante los Chicago Bulls (115-123) y enseñar de nuevo, a propios y extraños, que es un jugador mayúsculo, el próximo dominador de la NBA. A sus habituales y maravillosas armas (algo bastante ilimitado, por cierto), Davis comienza a unir el lanzamiento desde la línea de tres puntos con bastante seriedad aunque, eso es cierto, no con mucha asiduidad por el momento.

El problema es que cuando lo convierta en una herramienta más de su complemento infinito de recursos, será imparable. Esta pretemporada ya lleva logrados los mismos tiros desde el perímetro que en sus tres anteriores campañas: 3 y con mayor eficacia. En sus trío de amistoso hasta el momento lleva 3/4 (esta madrugada hizo 1/1 y en ante Atlanta 2/3) mientras que en su carrera estaba en un 3/27. Lo dicho, cada vez más completo. Cada vez más fuerte. Cada vez más MVP.

El jugador de 22 años tuvo delante a unos Bulls que siguen pulsando teclas en su nuevo proyecto. Con el cambio de entrenador y de sistema, más la enésima ausencia de Rose, el equipo de Chicago va nadando hacia la orilla en busca de El Dorado. Y va sumando piezas en esa misión. A las clásicas de Pau Gasol (14 puntos y 7 rebotes), Jimmy Butler (8-7) y Nikola Mirotic (9-5, con un gran desacierto desde el triple con un 0/5) se sumaron tres muy buenas noticias: Portis, Snell y McDermott

La juventud toma el mando

Entre los tres promedian 22 años y son el futuro más cercano de los Bulls. Tres armas necesarias para el buen devenir del equipo y que con Hoiberg en el banquillo parece, solo parece en estos momentos, que van a ser mejor empleados que con Thibodeau (a Snell y a McDermott, nos referimos; Portis es rookie y no estuvo con Thibs). El novato fue el máximo encestador de los suyos y certificó las buenas sensaciones que trasmitía en los duelos precedentes.

Firmó el segundo doble-doble de su carrera profesional (20 puntos y 11 rebotes) y dio muestras de que su gran capacidad reboteadora (promedia 12,2 durante este pretemporada con una máxima de 16 ante los Nuggets) no es lo único aprovechable. Anota desde dentro y desde fuera (2/2 en triples) y tiene agresividad y descaro. "Solo estoy tratando de ser Bobby Portis y aportar energía positiva al equipo", subrayó con humildad al final del partido un pívot con muy buena pinta y que pone a Taj Gibson al borde del precipicio. Por su parte, Snell y McDermott continúan su progresión. Alcanzaron los 17 y 15 tantos, respectivamente. Sus ansias de triunfar suman y complican la labor a Hoiberg. Mejor, ¿no?