BILBAO BASKET
Axel Hervelle volverá a jugar en la ACB antes de los esperado
Recuperación milagrosa de su rotura en la mano. Es el capitán de los entrenamientos, el único jugador que puede hacer correcciones.
Hervelle sufrió el 15 de enero una fractura en el cuarto metacarpiano de la mano derecha. Tenía para mes y medio de baja. Se perdía la Copa. Un drama para él y el Bilbao Basket. Pero con este titán belga mejor no hacer pronósticos. Fue intervenido al día siguiente por la mañana y esa misma tarde ya estaba trabajando físicamente y apoyando en los entrenamientos. Alentó cada día, en cada partido, sin darse un respiro… Hace poco empezó a tirar a canasta. Y el martes, con un guante acolchado en la mano, se entrenó como si no hubiese mañana. “Es increíble”, exclamaba un compañero suyo. Seguía rebañando los balones por encima del aro con la mano operada, entrando a matar en cada acción y empujando al que se interponía entre él y el aro… comportándose como si no se hubiera roto la mano un mes atrás. Un milagro para un hombre que no conoce los umbrales del dolor. Los traspasa como quien lee una novela.
“Viaja con nosotros a Sevilla. Es una persona cuya ambición está fuera de límites. Mentalmente es superior sobre otros jugadores en este tipo de cosas. En este equipo todos tienen mentalidad bastante fuerte, pero él está dispuesto a ayudarnos lo antes posible. Está entrenándose no con total normalidad pero sí con el grupo. Vendrá, otra cosa es que juegue o no”, señaló el técnico del Bilbao, Sito Alonso, sobre el pívot belga y el partido de Liga del sábado ante el Sevilla. Por su parte, Marko Todorovic, que arrastra una tendinitis en la rodilla, está ya perfecto: “Dije que si su evolución era buena formaría parte de la plantilla y ahora está muy bien”.
Hervelle es lo que su entrenador llama ‘capitán de los entrenamientos’, es decir, su ‘alter ego’, el único que puede corregir, dar órdenes y proponer cosas en cada sesión. Lo fueron Neto y Lorant con Sito en Gipuzkoa. Mumbrú es el líder del vestuario pero el belga es el más impetuoso, el que inyecta la raza al colectivo. “Siempre que está es diferente el trabajo del grupo, porque no permite ningún tipo de despiste de nadie, ni del cuerpo técnico ni de los jugadores. Puede ser que haya una relajación, pero la siguiente no lo va a permitir”, prosigue el preparador maño, que se encuentra por primera vez este curso con la plantilla al completo.
Además, este proceso sirve para apretar por ejemplo a jóvenes como Dejan Todorovic y Mendia, a los que el técnico dio un toque el domingo tras el partido ante el Manresa. Fallaron tal vez por excesivo ímpetu: “Aunque tengas estado de ánimo acelerado, todo depende de la forma que tienes de canalizar tu grado de motivación –expone Sito-; cambia de ser muy bueno a regular en cuanto no sea capaz de focalizar su estrés en las cosas más importantes que tiene que realizar. Hay que cumplir con las reglas del día, con cuestiones vitales que no dependen del ímpetu, eso todos lo tenemos que aprender. Están en buen camino. Han habido dos o tres partidos diferentes, pero en un año no se puede avanzar tres días en uno, hay que ayudar a que sean mejores jugadores los dos”.