CELTICS 89 - SPURS 111
Los Celtics y el Garden claudican ante unos Spurs imparables
Popovich regresó al banquillo y los texanos sumaron su décima victoria en los 11 últimos partidos. Los locales llevan ya 17 duelos sin ganar a un equipo de la Conferencia Oeste.
Popovich regresó al banquillo para ponerse al frente, dos partidos después, de unos Spurs que se adueñaron del TD Garden de Boston (89-111) para sumar su séptima victoria consecutiva, décima en sus 11 últimos compromisos. Tras un inicio dubitativo (2-3) y marcado por las lesiones, los texanos ya asoman en la zona noble del Oeste, igualando a los Blazers (12-4) en la cuarta posición de la Conferencia. Los Celtics poco más pudieron hacer que resistir hasta el inicio de un último cuarto en el que acabaron descompuestos ante los suplentes de San Antonio.
Y es que el deporte tiene estas cosas. Si los orgullosos verdes habían conseguido mantenerse con vida en la primera mitad fue gracias a la aportación de su segunda unidad (27-6 favorable al descanso para el banquillo de Boston). Entre Evan Turner y Marcus Thornton anotaron 12 puntos entre el final del primer periodo y comienzo del segundo para poner fin al gran inicio (14-23) de unos visitantes que bailaban al son de un excelso Boris Diaw. El francés intimidó en defensa, reboteó, permitió buenas posiciones de tiro a los lanzadores de su equipo (que se lo digan a Danny Green: 18 puntos y cuatro triples) con sus bloqueos, asistió (él y su compatriota Parker aprovecharon el pasillo que concedieron los de Stevens en el pasillo central durante los primeros compases) y anotó desde fuera (3/4 en triples). Puede parecer pasado de peso, estarlo (o las dos cosas), pero verle jugar es un lujo. Bendito regalo.
Como decía, a ese 14-23 de salida de los visitantes, los de Massachusetts respondieron con un parcial de 22-7 que les dio aire (36-27). Fue en esos minutos cuando fueron lo que quieren ser, un equipo eléctrico que rompe a las defensas rivales con sus rápidas transiciones. Pero con el regreso al parqué de los titulares texanos, los triples de Green y la labor en defensa de Kawhi Leonard acabaron con este intento de rebelión e igualaron las cosas al descanso (49-45). Todo por decidir.
Tras la reanudación, Parker tomó protagonismo a trompicones en un ataque en el que había repartido ocho de sus nueve asistencias en la primera parte para devolver el liderazgo a los actuales campeones (61-62). A partir de ahí, y tras un breve intercambio de canastas, Boston hizo crack ante el elevado ritmo visitante. La vida al revés: los Spurs eran el equipo que corría y Boston sufría en cada ataque ante la mejor defensa de la Liga (92,5 son los puntos que reciben por noche). Sirvan como ejemplo las seis pérdidas que cometieron los de Stevens (apostó por Tyler Zeller como titular en detrimento de Olynyk) en el tercer cuarto, el doble que las que sumaron en los dos primeros. Rondo, 10 asistencias, debe buscar con mayor asiduidad el aro en los momentos en los que su equipo se atasca. Hoy no tomó esa responsabilidad y acabó con dos pobres puntos (1/5 en tiros). Fue Jeff Green (16 puntos) quien más descaro mostró para no claudicar antes de tiempo. Jared Sullinger apenas podía con intentar frenar a un Tim Duncan, que sin hacer ruido sumó 14 tantos y ocho capturas en menos de 25 minutos. El arsenal de estos Spurs no tiene límites.
San Antonio pisó el acelerador en el últimio cuarto sabedor que los Celtics no estaban ya para más trotes. Así fue, dos acciones de Ginóbili y otras tantas de Corey Joseph pusieron en el marcador un 77-88 ya insalvable para los locales. Y eso que quedaban 8:42 para la conclusión. Los bostonianos confundieron la alegría en ataque con una penosa selección de tiro. Cada uno acabó haciendo la guerra por su lado, mientras que los suplentes Spurs siguieron a lo suyo: martillear el aro de Boston con un eficaz Aron Baynes. Pero ya antes de que el australiano y el banquillo texano se reivindicasen, el partido había llegado a su fin.
Los Celtics se tuvieron que tragar de nuevo su orgullo ante un equipo de la otra Conferencia. Son ya 17 las derrotas que encandenan ante rivales del Oeste (27 en los 28 últimos duelos). Pero lo que aún puede herir más el sentimiento de sus seguidores es que Duncan, Parker y Ginóbili sumaron su victoria número 509, acechando ya las 540 de otro trío legenadrio e inolvidable en el mundo del baloncesto, el que formaron Larry Bird, Robert Parish y Kevin McHale. Eran otros tiempos, ahora los verdaderos reyes de la actual NBA son los San Antonio Spurs.