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BALONCESTO SEVILLA 72 - REAL MADRID 81

Reyes acelera en el último cuarto ante un buen Sevilla

El capitán (18 puntos y 23 de valoración) y Sergio Rodríguez fueron claves para romper el duelo. Buen día también de Ayón y de Carroll. Campazzo se lesionó.

Sergio Rodríguez intenta la canasta ante Xavier Thames y Pierre Oriola.
Sergio Rodríguez intenta la canasta ante Xavier Thames y Pierre Oriola.EFE

No descubrimos la pólvora si decimos que la exigencia liguera no es como la de Europa, aunque a menudo lo parezca. Y eso es lo positivo: tenemos una buena Liga. Rivales que ponen en aprietos a los grandes y con un juego atractivo, como el del Baloncesto Sevilla. Un equipo que ha perdido seis de sus ocho partidos, aunque va al alza, y que es capaz de aguantar vivo y coleando hasta el último cuarto frente al líder invicto.

El Madrid mantenía la baja de Rudy —que viajó— y apenas 40 horas antes estaba en Kaunas. El desgaste iguala, pero también da argumentos para mover el equipo y alimenta el hambre de la segunda unidad. De salida, Sergio (titular por segundo duelo seguido: en la Euroliga lo fue el viernes por primera vez tras 44 jornadas), Carroll, Rivers, Ayón y Mejri. Y salvo Rivers, en momento bajo, al contrario que Maciulis (tendencias invertidas respecto al inicio de campaña), todos se metieron pronto en materia. Mejor juego colectivo que en Turquía y Lituania, quizá ayuda sentirse menos obligado. Vuelta al baloncesto de combinación, con más balones dentro y luego también fuera, con más visión general, más solidario incluso, como en el tercer cuarto ante el UCAM Murcia.

El Sevilla se levantó con el pie bueno (cada uno el suyo), con un Álex Urtasun al que da gusto ver en acción. El escolta se gana a la grada y aún más al entrenador. Buenos números (14 puntos y 20 de valoración) y mejores conceptos de juego. Le secundó un reivindicativo Derryck Byars, sobre todo en la primera parte (12 tantos entonces). Los de Roth y Norris lanzaban al 58% de tres (7 de 12). Pero el Madrid se proyectaba casi hasta los cien puntos: 39-48 y… triple final limpio desde 18 metros de Radicevic con la bocina del descanso (42-48).

Los blancos metían 15 de sus 21 tiros de dos (71%, una barbaridad) tras repartir 12 asistencias. Canastas fáciles, bien elaboradas con Ayón, Mejri, Reyes y Carroll asomando la cabeza. De ahí al final bajó la calidad del espectáculo. Entraron Bourousis y Nocioni por primera vez y, como ocurre en tantas otras jornadas matinales, Felipe Reyes, con ayuda de Sergio Rodríguez, fue la pieza resolutiva. 18 puntos y 23 de valoración para el capitán. Difícil verle dos partidos malos seguidos. Al tiempo que Llull se aplicaba más en el pase que en el tiro.

Pero había pelea en el cuadrilátero. La intermitencia visitante, que Willy Hernangómez y Balvin cogieran muchos más rebotes ofensivos, que el Real perdiera la batalla recuperaciones-pérdidas (algo poco habitual), mantuvo la balanza en movimiento, en busca del equilibrio: 64-66, minuto 32. Se acercaba el momento estirón, no a la desesperada como en Kaunas, sino con aire sosegado mientras el adversario acusaba el esfuerzo (66-81). Aplicación defensiva y ocho tantos casi seguidos de Reyes, una canastita de Ayón (7 de 8) y un triple de Carroll (3 de 4). El zurrón coge cuerpo: octavo triunfo seguido en lo que va de Liga. La mala noticia, la lesión de un eficiente Campazzo. Se dobló de forma brusca el tobillo izquierdo. A ver.