Audie Norris
“Quise ir al Real Madrid, pero el presidente Mendoza no aceptó”
Como jugador fue parte fundamental de la historia del Barça y ahora dirige de forma circunstancial al renovado Baloncesto Sevilla (Scott Roth no tiene licencia en la ACB).
—Casi una casualidad que entrene a este equipo.
—No fue una decisión mía entrenar. Fue una decisión del club, pero creo que podemos formar un equipo competitivo en la Liga. Tenemos un plantel joven y tras cada derrota los jugadores vuelven aquí a entrenarse como ganadores, preparados para mejorar.
—Hoy llega todo un Madrid para medir esa mejoría.
—Hemos ganado los últimos dos partidos y, si ganamos al Madrid, sería un éxito para los jugadores y para Sevilla. Si reducimos los errores, tendremos posibilidades.
—¿Ha cambiado mucho el baloncesto desde su época de jugador en los ochenta?
—El juego era mucho más físico, se permitían más contactos. Lo que beneficiaba al espectáculo. Los aficionados venían para ver equipos luchando, no sólo lanzando desde lejos. Pero aquello ya es baloncesto del pasado.
—Ese pasado lo marcaban duelos como el que tuvo con Fernando Martín.
—Los aficionados iban al baloncesto para ver esas peleas. Había una lucha bajo el aro brutal. Si no estabas bien preparado, tenías que irte. Era una Liga de hombres, de gladiadores. Para el público era un espectáculo. Muchos me dicen que no hay guerras ahora como cuando yo jugaba, que el baloncesto es aburrido.
—¿Ve algún duelo ahora que se parezca a aquel?
—No, ni parecido. Repito que se deberían permitir más contactos en el juego interior.
—Y un día estuvo muy cerca de fichar por el Real Madrid.
—Tras mi primer año en el Benetton, hablé con Paniagua, mi agente en España, para ir al Madrid. Yo quería jugar la Copa de Europa y el Madrid era el primero al que vi jugar partidos importantes. Me gustaba. Quería jugar a ese nivel. Fui a verlos, me llevaron para ficharme. En el entrenamiento coincidí con Fernando Martín, Romay, Llorente... Y pensaba que eso sí que era un equipo. Pero al final me llamaron diciendo que el presidente Mendoza no aceptó firmar el contrato.
—¿Se arrepintieron?
—Seguro que sí (risas).
—El Barça, en cambio, sí lo fichó y cambió su historia. ¿De qué forma vivió la rivalidad con el Madrid?
—Recuerdo un cartel en el pabellón con los años en los que el Madrid había ganado las ligas. Muchas seguidas. Pero aquel cartel cambió cuando llegó Norris. Entonces sólo ponían segundos puestos. Me gustaba verlo colgado porque pensaba que había cambiado la historia.
—¿Cómo ve el futuro del Baloncesto Sevilla?
— Aprendo cosas nuevas cada día de unos jugadores muy jóvenes. No sé donde está el límite del equipo, pero puede alcanzar cotas altas.
—Se habla muy bien de Porzingis y de Hernangómez.
—Porzingis tiene un gran potencial. Siempre pregunta cómo puede mejorar. Eso es positivo. Hernangómez tiene muchas posibilidades. Si sigue aprendiendo y escuchando, seguro que puede ser alguien importante.
—¿Se arrepiente de algo en su carrera?
—Recuerdo la segunda final de la Copa de Europa ante la Jugoplastika en París. Tenía un hombro roto y sufrí mucho porque no pude ayudar. Era nuestro mejor momento para ganar el título, pero era mucha Jugoplastika.