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BARCELONA 87-BASKONIA 65

Abrines acribilla al Baskonia en el estreno del campeón

Con un último cuarto brillante de Abrines y Pleiss, un Barça todavía en fase de rodaje aplastó a un mal Baskonia en el que sólo Bertans dio una respuesta estable.

Marcelinho Huertas protege el balón de Causeur.
Marcelinho Huertas protege el balón de Causeur.Rodolfo MolinaDIARIO AS
LIGA ENDESA

Andan el Barcelona y el Baskonia posicionándose para los tiempos que están por venir. Los de Pascual encajando, casi como cada otoño, nuevas y carísimas piezas para formar el puzzle que acabe compitiendo en todos los frentes. Siempre lo consiguen. Los vitorianos, metidos en esa cacareada refundación que por ahora huele más a crisis de identidad. Si finalmente Heurtel se va a Turquía en los próximos días, a Marco Crespi le espera una tarea de chinos para que su equipo compita al nivel que marcan Valencia o Unicaja, demasiado lejos ya el Real Madrid y un Barcelona que en ocho días le ha ganado dos veces por un tanteo total de 182-131; En valoración, 218-120.

En un partido con aroma a pretemporada, casi con decorados de cartón piedra y a años luz de los Barça-Baskonia de hace no tanto, lo peor fue la posible lesión grave de Marcus Eriksson y lo mejor que el Barcelona dejó algunos destellos de lo que puede ser en cuanto consiga que las piezas encajen y funcionen con armonía: su triunfo se concentró en seis minutos del primer cuarto (del 8-8 al 24-12), en los que Doellman acompañó bien a la vieja guardia Huertas-Navarro-Oleson-Tomic, y sobre todo en un último parcial en el que tres triples de Abrines (4/4 para 18 puntos y 21 de valoración en 23 minutos) sirvieron de apoyo aéreo a la demostración de Pleiss, una promesa de lo que está por venir. El alemán, que apenas había jugado hasta entonces, concentró en ese último cuarto sus 12 puntos, 7 rebotes y 17 de valoración, inalcanzable para su exequipo, un colectivo muy fino en las zonas y fiado a rachas de juego confusas en las que sólo Bertans resultó estable. Heurtel pasó por el partido de puntillas, Johnson alternó cal y arena y San Emeterio sostuvo a su equipo en el segundo cuarto con once puntos seguidos, todos los que anotó antes de un segundo tiempo que se pasó casi entero en el banquillo, intercambiando miradas asesinas con Crespi.

En un partido para olvidar de Gomes o Perkins, como en la Supercopa, el Baskonia estuvo blando atrás e inconstante en ataque, sin sacar demasiado provecho de las 13 pérdidas que concentró un Barcelona fuera de foco en los cuartos segundo y tercero, donde el partido fue un intercambio de canastas y sobre todo errores. Al Baskonia no le llegó ante un Barça que demostró durante muchos minutos que está en fase de andamiaje y en el que, sin Satoransky, apenas se vio tampoco a Lampe, Nachbar o Thomas. Bastó un tremendo 10/13 en triples auspiciado por Navarro y Abrines (7/7 entre los dos), la batuta de Huertas y tramos dosificados de concentración y seriedad en defensa y en el rebote: 22-8 en el segundo tiempo. Eso, y un anticipo algo aguado de lo que puede ser este Barcelona cuando todo se ensamble y la defensa se asiente en algo mucho más parecido a las estrictas formulaciones de Xavi Pascual. Pero un simple atisbo del Barcelona es mucho más que el amasijo todavía amorfo que es este Laboral Kutxa de la refundación, al que le queda mucho camino por delante y que al menos puede aliviarse pensando que se ha acabado su régimen de dos partidos semanales contra el Barcelona…