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EUROPEO | TURQUÍA 65-ESPAÑA 57

La Sub-20 también es de plata

Tercera medalla de plata en tres torneos para el verano del baloncesto de formación español. Turquía supo jugar mejor los últimos minutos de un partido muy igualado.

La Sub-20 de España, con su medalla de plata.
La Sub-20 de España, con su medalla de plata.FIBA Europe

Por delante, el baño de plata: tres en tres competiciones ya para el baloncesto español en otro verano de metal. Y, otra vez, caza mayor para la sub-20: ocho Europeos seguidos sacando medalla, todos desde 2006. El último oro seguirá siendo el de 2011, sumado en Bilbao y con un MVP que acaba de ser presentado como una de las grandes esperanzas de futuro de Chicago Bulls: Nikola Mirotic. Pocas bromas.

Este equipo de Jaume Ponsarnau ha vivido todo el campeonato al filo hasta que en la final la última moneda salió cruz y acabó siendo de plata. Superó la primera fase con carambola, remontó en cuartos a Francia y congeló en semifinales a Croacia sobre la bocina. Cambió apuestas e invirtió sensaciones según fue saltando obstáculos pero en la final se estrelló ante una Turquía seria, con muchos centímetros y un plan de juego eficaz. Y, finalmente, más estable en la resolución. Esta vez, la Selección perdió tres balones en los dos últimos minutos y sólo anotó dos puntos en los últimos cuatro: de 55-55 al 65-57 final.

El partido fue una tortura que pintó siempre a resolución agónica. Ninguno de los dos sacó ventajas definitivas cuando fue mejor y la compresión final afeó a una España precipitada que había sabido salir de la tumba y agotar la que fue su última vida del campeonato: tras un buen inicio, naufragó en el segundo cuarto (21-10) en cuanto Turquía empezó a meter triples y ajustó una defensa con suficientes centímetros en la pintura para asfixiar a Willy Hernangómez (4 puntos y 4 rebotes en el primer cuarto, 9 y 8 al final). A la primera alerta roja (37-29 tras el descanso) respondió un explosivo Oriol Paulí que anotó once puntos en el tercer cuarto pero llegó agotado al final. De sus destellos y una defensa salvaje sobre las líneas de pase sacó España ese último aliento que fulminaron la producción constante de Osman y la jerarquía sobre el alambre de Erülkü. Turquía tiró mejor y, en un partido de muchos fallos, sacó más tiros libres y reboteó más. Y se llevó un oro que no fue injusto pero que no premió el instinto de una generación del 94 que finalmente fue de plata. Con todo el orgullo.