La tardanza desesperante del Ayuntamiento a la hora de tomar la decisión de competir en ACB, allá por el mes de septiembre, fue la clave del desastre deportivo del Valladolid, que concluirá con algo más que un descenso. Y es que ahora afronta el último y triste reto de no ser etiquetado como el peor equipo de la historia con el actual formato de 34 jornadas (desde la campaña 96-97). Si pierde mañana en casa contra el Gran Canaria, sólo habrá ganado tres partidos en toda la temporada, por debajo de la marca de cuatro del Fuenlabrada y el Murcia.

Ricard Casas, en la que puede ser su última rueda de prensa como entrenador del equipo, no eludió el asunto: “Tiene que ser una motivación más. Estoy contento con la profesionalidad del equipo y sé que daremos lo que tengamos hasta el último día. No me arrepiento de haber venido a Valladolid, volvería a hacerlo”.

Casas y un hombre sin ninguna experiencia como Felipe Martín confeccionaron la plantilla en tiempo récord, llegando a fichar a seis jugadores en el último día de plazo. Una falta de respeto a la competición que el equipo ha terminado pagando con récords negativos y varias palizas de órdago. Por el Valladolid este año han pasado 21 jugadores y nueve se marcharon o fueron dados de baja por diferentes motivos.

Se espera que los datos económicos y la reducción de la deuda puedan paliar un poco el desastre. Por primera vez en muchos años se han cuidado los gastos y si no hay ascensos desde la Adecco Oro, el equipo pucelano seguirá en la ACB.

El Andorra y el Burgos siguen

Burgos no pudo ascender la pasada temporada y en ésta pretende fusionarse con un equipo que ya sea SAD y tenga pagado el canon, aunque las negociaciones con el Tenerife están paradas. En Andorra, MoraBanc seguirá siendo el patrocinador, pero están a la espera de un desembolso del Gobierno.