BARCELONA 89 - VALENCIA 81

El Barcelona, como siempre

El equipo azulgrana lo bordó en el primer cuarto (31-9) y gestionó luego las embestidas de un Valencia incansable. Y enlaza ya quince finales seguidas en competiciones ACB.

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ACB

El partido comenzó con tres triples seguidos de Navarro (9-0) y terminó con 6 tiros libres del escolta. Por el camino quedó el mejor cuarto de la historia de la Copa (el primero del Barcelona: 31-9. Volveré a él). Y quedaron los cuerpos desfallecidos de los jugadores del Valencia Basket. Acalambrados, desmadejados. Derrumbados pero, la bendición del deporte es que sucede, en pie. Con la mirada entre perdida y desorbitada, un baño de realidad para un equipo que ha peleado de forma obstinada, y maravillosa, contra ella. Lo hizo el pasado fin de semana para remontar a este mismo Barcelona un partido imposible. Y lo hizo en cuartos de final para salvar un jaque mate ante el Laboral Kutxa.

Para el Valencia ese reconocimiento concentrado en la testarudez competitiva de Ribas, la finura de Van Rossom y la montaña de músculos de Sato, al que sólo sacó del partido la quinta falta ya casi al final. Antes, el alero sostuvo primero y contagió después a su equipo con un segundo tiempo de 17 puntos y un despliegue conmovedor de energía y fe, tiros desde todas partes y presión defensiva al borde del reglamento. Pero esta vez no acompañaron ni Dubljevic (ausente toda la Copa), ni Lafayette ni Rafa Martínez. A pesar de todo, de un segundo tiempo muy discreto de Doellman, de un 9/29 en triples y de ese primer cuarto para el recuerdo del Barcelona, el Valencia llegó al desenlace con un hilo de vida: 80-71 a falta de cien segundos. Seguramente nunca tuvo la victoria realmente cerca pero nunca dejó de pensar que sí. Y no muchos lo hubieran hecho.

El Barcelona, en su hábitat

Después del reconocimiento al espíritu del Valencia, el aplauso al justo finalista. El Barcelona fue mejor de cabo a rabo (112-81 en valoración). Reventó el partido de inicio y resistió después todos los envites, del rival y del destino. El Barcelona, siempre: defenderá título en su quinta final seguida de Copa y en la que será su decimoquinta final consecutiva en competiciones ACB (Liga, Copa, Supercopa). Y lo hará en Málaga, donde ha ganado las dos ediciones de la Copa disputadas hasta ahora y donde está, por lo tanto, en ocho triunfos en ocho partidos en esta competición. El Barcelona a ultranza, el equipo que Xavi Pascual siempre se apaña para tener en perfecto estado de revista cuando llega la hora de competir con el cuchillo entre los dientes. A pesar del oleaje. Lo hizo la temporada pasada, lo está haciendo esta.

Porque el Barcelona está desde luego en su mejor momento, del rodillo en el Top-16 a una Copa en la que está jugando muy bien. 132 de valoración en cuartos, 112 en semifinales. 191 puntos en los dos partidos con un 25/44 en triples, dinamita en una faceta que le había dado la espalda en su horrendo inicio de temporada. 21 asistencias en cada uno de los dos encuentros, 13 de ellas de un Huertas que está afinado. Al brasileño se le nota mucho y al Barcelona, más. A su ritmo corre en transición, circula con fluidez y es letal en el pick and roll con Tomic. Huertas dirigió la orquesta de salida y apareció para frenar de forma quirúrgica cada intento desbocado del Valencia. Junto a Navarro, Tomic, el mejor Nachbar desde la Supercopa y un Papanikolau que por fin es Papanikolau, multiinstrumentista al servicio del colectivo.

El Barcelona, con Pullen absorbiendo los minutos de Sada, controló el tsunami emocional del Valencia Basket aunque perdió 58-72 el partido que se jugó en los treinta minutos que siguieron al primer cuarto. Se llegó a un 41-18 en el minuto 15 que confirma dos cosas: el Valencia inventó un partido donde no lo había y el Barcelona fue mucho mejor, arrollador primero y gestor después. Pero dejó, antes del amago de zozobra final, ese primer parcial para la historia: 31-9, 47-2 en valoración, 6/9 en tiros de dos y 6/8 en triples, sólo tres canastas concedidas a un rival completamente apabullado. La mejor versión del Barcelona, la que necesitará mañana en formato extendido para buscar la segunda derrota del Real Madrid en toda la temporada y volver a Barcelona con la corona puesta, tal y como llegó a Málaga. El reto es mayúsculo. Pero claro, ¿Quién descarta ahora a este Barcelona?