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EUROCOPA | BILBAO 93- PANIONIOS 62

El Bilbao se pasea en Europa entre gritos de "Arrinda vete ya"

El Bilbao eleva un poco su autoestima en Europa a costa de un pobre Panionios. Gran partido de Roger Grimau: 18 puntos (6 de 6 en tiros de dos) en apenas 16 minutos.

Roger Grimau machaca ante el Panionios.
Roger Grimau machaca ante el Panionios.JUAN FLORDIARIO AS

A falta de buenas noticias en lo estructural y lo económico, el Bilbao por lo menos pudo alimentarse de un cómodo paseo europeo. Tras la derrota severa ante el Estrella Roja en Belgrado, el equipo de Pueyo machacó a un lastimoso Panionios (de lo peor que se ha visto en la historia continental de la capital vizcaína) y reactiva seriamente su esperanza en la segunda fase de la Eurocopa. El Nizhny visita Miribilla la semana próxima y ahí está la llave de muchas opciones para ambos, dando casi por hecho que el Estrella Roja será uno de los que pasen a los cruces de octavos de final y que el Panionios es la perita en dulce del grupo.

Mumbrú no jugó por molestias en la rodilla. Tampoco importó mucho. En el tercer acto se pasó de un 47-33 a un 67-35 (20-2) y hubo tiempo para sumar a la fiesta a Sergio Sánchez. Más adelante entró Samb. El interés de la cita estaba también en la platea. El efecto Miribilla ha sufrido un enfriamiento global. Lejos quedan los tiempos de llenazos y de caldera en el pabellón ecológico. Ahora están los fieles, posiblemente los que poblaban La Casilla en lo que parece la prehistoria de la franquicia. Los cuatro mil que han quedado en Europa, eso sí, son gente muy identificada y entregada, que hace piña con la sufrida gente empleada por el club. Cada gesto se sintió como un homenaje: cuando un jugador se tiraba por un balón, la gente se encendía, cuando Grimau salió por faltas el pabellón recuperó su vieja solera.

Arrinda, el máximo responsable, llegó a Miribilla poco antes de arrancar el partido. Curiosamente se abrazó con Elejalde, uno de los intermediarios del grupo que quiere tomar las riendas, y ambos se fueron a un lugar discreto a hablar. Iniciado el partido, desde la zona de la ‘Peña Hirukoa’, se escuchó tímidamente el "Arrinda vete ya". Mediado el segundo cuarto los coros cobraron más densidad: "Arrinda vete ya", clamó de nuevo, esta vez parte de la grada, tapada con algunos pitos. El consejero delegado permaneció impasible. Abandonó unos instantes más tarde su ubicación, cerca del banquillo local y regresó al descanso.

El público sigue a muerte con el equipo, al que quiso arropar con sus gargantas ahora que éste no tiene la certeza de ningún futuro, y no paró de animar. El Panionios no tuvo vergüenza torera y quizá se sumó al homenaje a los Hombres de Negro. El Bilbao firmó tres buenas entradas en cuarto y al tercer golpe, el Panionios se cayó como un toro bajo la espada. Tiene a McCollum, sí, y su alter ego Carter, pero a partir de ahí su ataque es nulo. El primero, un base de enorme calidad, se fue con 28 puntos y la ovación del respetable. Las diez pérdidas en un suspiró les condenó y el Bilbao encontró respuesta en todos sus jugadores. Grimau jugó con la soltura anotadora que no se recordaba desde sus tiempos de Lleida. El 87-50 tras una canasta un tanto extraña de Markota fue la máxima distancia. A partir de ahí, todo fueron sonrisas. Con otro parón, ya más serio a falta de dos minutos para acabar, en la que más de la mitad de los asistentes recuperaron el "Arrinda vete ya". Cuarenta minutos de alivio que taparon una agonía de vuelta a la cabeza de todos cuando las luces se apagaron. La cruda realidad.