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REAL MADRID 72 - ESTUDIANTES 57

El Estudiantes planta cara, pero el Madrid sigue inabordable

Mirotic lideró a los de Pablo Laso con 16 puntos y 13 rebotes. Llull y Carroll fulminan a los del Ramiro desde el triple y los blancos consiguen su séptima victoria en la Liga.

El base del Real Madrid Sergio Llull supera al ala pivot croata del Tuenti Movil Estudiantes Marko Banic.
El base del Real Madrid Sergio Llull supera al ala pivot croata del Tuenti Movil Estudiantes Marko Banic.Fernando AlvaradoEFE

No hubo paliza cósmica como algunos aventuraban, sino un pulso clásico. El Tuenti Móvil Estudiantes alargó la incertidumbre más que cualquier otro adversario de los blancos esta temporada en el Palacio. Entró en la recta de meta a tiro de diez (67-57) y dejó al líder en 72 puntos, su anotación más baja del curso.

Para plantar cara al Madrid actual, y no hablamos ya de vencerle, hay que poner muchísimo de tu parte y contar con una ayuda extra del enemigo. Así ocurrió hasta el descanso. Lo blancos defensivamente entraron en la máquina del tiempo y retrocedieron al menos dos años. Y en ataque no tenían tacto con el balón. El Estu era el reverso de la moneda. Ivanov lo metía todo y luego apareció Kuric, que no estaba tieso, no, no; estaba tomando cañas. Enterró su funesta racha, esos 20 triples seguidos fallados, y descerrajó dos como tarjeta de presentación: 12 puntos en un suspiro. “Saldrá reforzado de ésta”, decía en la previa Vidorreta. Lo que no mata engorda y el Estu halló su referente exterior. Una aparición nada casual, sino favorecida por la dinámica.

El técnico aleccionó a los suyos para hacer pupa donde antaño más le dolía al Madrid, en las segundas y terceras ayudas, cuando la defensa se agita y salen grietas. Ahí se manejaron bien, con porcentaje alto en tiros de dos, lo que limitaba las carreras desbocadas, algo fácil de decir y complicado de ejecutar: 6-10, 14-17 y 16-19. Cuarto ganado, y de eso presumen pocos.

En el segundo acto Carroll cogió una ola y surfeó durante cuatro minutitos (nueve tantos y 27-23). Si resulta difícil combatir el músculo, enjaular el talento (el de Mirotic, el de Llull...) lo es aún más. Intentas agarrarlo y se te escapa entre los dedos. Los colegiales extraviaban algún balón tonto y el Madrid se daba un par de carreras curativas mientras mantenía el pulso firme en los triples. El Estu lo que elevaba era la frente y los tiros del rival con Nogueira. El brasileño tuvo sus minutos, sintió que volaba y ejerció de coloso de las alturas. Tapón a diestro y siniestro. Destellos que le tuvieron con un pie en la NBA en verano y que amargaron a Bourousis. El griego pena ante pívots atléticos y de brazos largos, como le ocurrió ante Ajinca (del Estrasburgo).

En la reanudación, la defensa del Madrid volvió del pasado, con Draper, con Llull, con Rudy, con Slaughter... con alternativas (Reyes no jugó por lesión). Lo del feeling con el aro lo solventaron sin sutilezas, con mates. El mejor, un palmeo hundido por Rudy casi hasta el codo: 47-37. La zanja ya no se cerró, pero nadie le ha jugado mejor al Madrid en casa que el Estu.