El Gipuzkoa puede llegar para pagar los platos rotos en el Palau

El Gipuzkoa Basket lleva al Palau con cara de víctima, un rival propicio para que el Barcelona empiece a cohesionar su rotación y a mostrar la solidez que le ha faltado en todo este arranque de temporada. Llega, en definitiva, igual que el Nanterre hace tres días. El modestísimo equipo francés hizo saltar la banca en un Palau que debería haber agotado el cupo de sorpresas de órdago y que quiere festejar en paz el partido 550 de Juan Carlos Navarro en Liga Endesa.

Sólo el 1% de los apostantes del Quinibasket cree que el Barcelona puede tropezar dos veces con la misma piedra en menos de 72 horas. Al Gipuzkoa tampoco le sonríe la historia: seis visitas a la cancha azulgrana, cinco derrotas. Y además, seguidas y por una diferencia media de casi 29 puntos. La temporada pasada, escandaloso 98-50 para un Barça que necesita mejorar sus signos vitales y cuyo reto es jugar cuarenta buenos minutos, sin altibajos.