El Tribunal de Arbitraje de la FIBA ha determinado que el Joventut de Badalona deberá abonar a su ex jugador Tony Gaffney unos 40.000 euros tras la denuncia que éste presentó tras abandonar el club el pasado mes de abril, alegando retrasos en el pago de comisiones a su agente.
La sentencia obliga al Joventut a pagar 45.510 dólares (33.093,88 euros) como compensación por los salarios impagados a Gaffney, 4.500 euros como reembolso de los costes de arbitraje, 53 euros de la capitalización del interés debido a la segunda parte de la comisión del agente y 2.169,4 euros como contribución a los gastos del proceso.
En total 39.813,17 euros que, si el Joventut no paga, podrían desembocar en sanciones como la imposibilidad de fichar jugadores procedentes de otras ligas.
La resolución reconoce que, puesto que la cláusula 5ª del contrato estipulaba que una de las posibles razones para su terminación es el retraso en el pago de la comisión del agente y que, aunque es poco habitual, la rescisión unilateral por parte del jugador es admisible; estaba en derecho de llevarla a cabo y no actuó injustamente.
A la luz de los correos electrónicos y cartas intercambiadas entre las partes en febrero y marzo de 2013, dichas comunicaciones establecen que los agentes de Gaffney habían dejado claro de manera explícita en tres ocasiones que iban a hacer uso de la cláusula en cuestión y por tanto lo hicieron de una manera justa.
El Tribunal da la razón al jugador y al procedimiento que siguió su agencia de representación para comunicarle al club que darían el contrato por terminado y rescindirlo.
La polémica entre Gaffney y el Joventut estalló el pasado mes de marzo cuando el jugador se negó a entrenarse y a viajar a Murcia, donde el club verdinegro iba a disputar el encuentro de la jornada 23 de la Liga Endesa. Esto provocó que se le abrieran expedientes por indisciplina, que pueden precipitar la rescisión del contrato.
"No jugará más aquí", señaló entonces Jordi Villacampa, presidente del club, añadiendo que fue la existencia de una deuda de 8.000 dólares con el agente del jugador lo que ha desencadenado la crisis.
El contrato del jugador estadounidense con el Joventut establecía que cualquier impago de más de treinta días con él o su agente le facultaba para rescindir el compromiso. Como la deuda contraída con el agente del jugador, el estadounidense Sam Porter, era superior a 30 días, se especuló con el interés de Gaffney por liberarse de este contrato y buscar un nuevo equipo.
En caso de rescisión, su contrato con la Penya estaba garantizado aunque Villacampa añadió que no estaba claro que acabase percibiendo la totalidad del mismo, en vista del expediente abierto.
El presidente ya había comunicado a primeros de marzo a la plantilla que había dificultades para hacer efectiva la última mensualidad, que se acostumbraba a hacer efectiva entre el 1 y el 5 de cada mes.
Tras este anuncio, Gaffney habló con el presidente y el entrenador mostrando su compromiso con el club y la aceptación de este retraso pero sugirió que se negociara con el agente que ya no estaba muy conforme con la situación. Tras ausentarse en el último entrenamiento del equipo y excluirse de la convocatoria para viajar a Murcia, el jugador abandonó el club.
Gaffney acabó la pasada temporada sin equipo. En agosto firmó con el Telekom Bonn de la Bundesliga, pero en septiembre se unió al campus de entrenamiento de los Memphis Grizzlies y aún sigue en Estados Unidos.
