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EUROLIGA | ZALGIRIS 63 - R. MADRID 83

El Real Madrid rompe al Zalgiris en su estreno en la Euroliga

El equipo blanco despegó en Kaunas gracias a los robos de balón y a su velocidad. Destacaron Mirotic (MVP de la jornada), Sergio Llull y Rudy Fernández. Flojo Zalgiris.

El jugador del Real Madrid Rudy Fernández controla el balón presionado por Paulius Jankunas, del Zalgiris Kaunas.
VALDA KALNINAEFE

El Panathinaikos cayó en Vilna, el Maccabi en Vitoria, el Fenerbahçe salvó el cuello en Kiev en el último cuarto, el Barça sudó la gota gorda ante el Partizán, el Nanterre, campeón francés, falló el tiro para forzarle la prórroga al CSKA… Estreno duro para los grandes favoritos. Para todos, menos para el Real Madrid, que venció en Kaunas ante 11.600 fanáticos del Zalgiris, en un ambiente intenso, con pitos, pero modélico. Como se preveía. Porque no hubo ni rastro de los gemelos Maciai, los hinchas locales que agredieron a Rudy en marzo pasado.

En el cruce con el minuto 18, la renta blanca era ya de 15 tantos: 19-34. Que el Madrid se diera una vuelta por Kaunas sin agobios, mientras que los más poderosos sufrían, no pasa de anécdota. Como lo es el liderato en la primera jornada de la Liga Endesa y, si me apuran, el triunfo en la Supercopa. Pero una anécdota que subraya la sintonía entre los jugadores, que el bloque está hecho y funciona, que se cree en el estilo. Nunca es igual sembrar dudas de partida que confianza, la que reparte Sergio Rodríguez cada vez que pisa la cancha.

El estreno de la Euroliga no deja bien al Zalgiris, por decirlo suavemente. A Jasikevicius le frenan los años; Pocius no es aún el de antes de la operación; su único americano, Dentmon, naufragó y necesitan como el comer que Ksistof Lavrinovic se recupere y que alguno de los jóvenes llame a la puerta (Tomas Dimsa, de 19 años, tiene buena pinta). Las 18 pérdidas al descanso lo dicen casi todo (27 al final) y hablan en favor de la defensa del Madrid: buen trabajo de Mirotic, que mejora en ambos lados de la pista, en un Zalgirio Arena convertido ya en su cancha talismán (18 puntos, 5 rebotes y 27 de valoración). Con esos balones arrebatados, el Madrid levantó la barrera del peaje. Vía libre en la autopista para el contraataque: ¡Llull, Llull, Llull! 

Atrás quedaban los apuros iniciales, el abuso del triple. En el duelo de marzo pasado, el Madrid no lanzó su primer tiro de dos hasta el minuto 7. Esta vez no resultó tan exagerado, pero sumaba once intentos de tres en el primer cuarto (dos aciertos). Su juego, sin embargo, se reorientó rápido. La defensa, los robos (17) le sacaron del apuro. En ataque estático, mención doble para Mirotic, otra vez él (MVP de la jornada), y para Rudy, que buscó siempre la continuación de los pívots, su camino natural hacia el aro: 9 asistencias. A las que añadió 11 tantos y 6 rebotes. Rondó el triple-doble, algo nada habitual en Europa. El destinatario de algunos de sus pases fue Bourousis, que, sin hacer nada asombroso, transmite seguridad plena. Un triple abierto por aquí, un taponazo por allá, dos canastas bajo el aro sin titubear. Una garantía para sellar un triunfo por 20 (63-83) al que se llegó tras una máxima ventaja de 22 (44-66). El Madrid ha dado el primer paso para ganar la Euroliga. Le faltan otros treinta.