SUPERCOPA | MADRID 100 - BILBAO 61
Sergio Rodríguez dirige la rotunda sinfonía del Real Madrid
El canario reparte 12 asistencias en la exhibición de un equipo blanco que anotó 19 triples y se medirá al Barça en la final. Letales también Mirotic y Carroll.
Una cosa es defender título y partir como claro favorito, y otra arrasar de la manera en que lo hizo el Madrid, con un último cuarto bochornoso del Bilbao, que incluyó un parcial sonrojante de 19-0. Los blancos, pletóricos, mostraron un acierto rotundo (19 triples, récord del torneo), pero el rival manchó su buen nombre: 100-61. Resplandeciente actuación de varios madridistas y ojo a los números de Sergio Rodríguez (12 asistencias, también récord, y 28 de valoración).
Y eso que en la puesta en escena no se barruntaba el tormentón que luego caería. Mumbrú había salido a morder, a pelear por otra final con ocho tantos del tirón que mandaron al banco a Darden (5-10). “Lo estaba vacunando”, como decía un amigo argentino. El lituano Kavaliauskas hacía daño bajo el aro, remataba la circulación de balón de su equipo. El Bilbao estaba en la brega; el Madrid, frío. Blando atrás, desperezándose aún de la siesta. Pero se había levantado con la mano tonta, con puntería, y jugando mal cerraba el primer cuarto uno arriba (25-24) tras seis triples (60% en lo colectivo, tres sin fallo de Carroll).
Esa potencia de tiro descabalgó a los de Rafa Pueyo en cuanto alcanzaron la nota de corte en defensa, en cuanto el equipo vizcaíno encadenó cuatro o cinco ataques sin anotar. Desplome generalizado frente a un pelotón de artillería que no cejaba de abrir fuego (diez triples al descanso, 14 tras la reanudación: 67-44), pero ahora ya con un baloncesto armónico, asociativo, con los Sergios repartiendo 11 asistencias en 20 minutos en pista entre ambos, con Mirotic y Rudy muy activos, con Llull muy atinado y con Carroll en gran forma.
La renovación le ha sentado bien al estadounidense. Eso y que este verano no ha jugado con Azerbaiyán y ha podido entrenarse como a él le gusta, a conciencia, en el gimnasio. En el tercer cuarto ya no había partido (el Madrid había lanzado 13 veces más de tres que de dos) y el último hubiera sobrado de no ser por ver los primeros minutos de Mejri en partido oficial y a Dani Díez foguearse. Y también por comprobar si los de Laso lograrían batir el récord total de triples en la ACB, los 20 que había anotado el Joventut en Liga en la pista del Estudiantes en mayo pasado. Se quedaron a uno: 19 de 35 (54%). Exhibición sinfónica.