El Barcelona ha llegado en el peor momento al peor lugar posible. Así (2-1 en contra) estaba hace dos años ante el mismo rival. Y perdió. Y así estaba en la última final ACB, en la que sí remontó al Real Madrid. Así que hay precedentes para los pesimistas y para los optimistas.

El Barcelona, última oportunidad, necesita terapia, unirse y recuperar la fe y la autoestima, el mejor atajo para romper por fin a jugar. Ha vivido atascado casi toda la serie y sin embargo ha tenido en su mano los tres partidos. A pesar de que sus más de 82 puntos por encuentro en Euroliga se han quedado en 66. A pesar de que Ingles lleva siete puntos en toda la eliminatoria, Huertas sólo suma cinco asistencias, Lorbek ha necesitado 20 tiros para meter 15 puntos y Tomic apenas ha lanzado seis tiros libres y ha fallado cinco.

Con todo, el Barcelona pudo salir 2-0 del Palau (también 0-2) y debió amarrar el duelo del martes en el OAKA, donde le abandonó hasta la suerte, pero donde jugó rematadamente mal los dos últimos y decisivos minutos.

Defensa en zona. El Panathinaikos sabe que está ante su gran oportunidad y, con la confianza por las nubes, calcará su plan de los tres partidos anteriores. Ayer Pedoulakis­ recortó el entrenamiento y alargó la sesión de vídeo, seguramente para analizar la defensa en zona con la que el Barça le paró en seco y estuvo a punto de ganarle en el último partido.