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Amistoso | EE UU 80 - Brasil 69

El beso de Obama restó protagonismo al show de LeBron

Brasil llegó a ir ganando por diez.

<b>EL BESO. </b>Michelle y Barack Obama se besan junto a su hija Malia.
EL BESO. Michelle y Barack Obama se besan junto a su hija Malia.

Brasil enseñó el camino para evitar que los Estados Unidos de LeBron James gane todos los partidos de paliza. Hay que amedrentarle y convertir la canasta propia en un campo minado. Tiago Splitter, de San Antonio, Nené Hilario, de Washington, y Anderson Varejao, de Cleveland, superan los 2,10 de altura y ganaron la batalla debajo de los tableros a los anfitriones con una ventaja de 38-30 rebotes a su favor.

Por desgracia para ellos, la fuerza sólo bastó para contener a EE UU durante un cuarto. Brasil, candidata a medalla en Londres, ganó el primer cuarto 17-27. Entonces LeBron y compañía se pusieron a defender: 20-5 de parcial y 37-32 al descanso para ya no mirar atrás. Al final, victoria por 80-69 con Barack Obama, su familia y el vicepresidente, Joe Biden, en el Verizon Center de Washington.

Volvió a quedar claro que el juego interior de Estados Unidos será poco convencional. Su pívot titular, Tyson Chandler, cogió un rebote en 19 minutos y durante mucho tiempo antes del descanso la selección norteamericana jugó con Kevin Durant como su hombre más alto. Pero cada vez que comienzan a correr Lebron (30 puntos), Durant, Carmelo y Kobe no hay quien les pare. Eso sí, cuando Brasil les forzó a atacar en estático a media pista, demostraron muchas lagunas.

Pero la imagen de la noche la protagonizó el matrimonio Obama. Por dos veces, fueron enfocados por la Kiss cam (la cámara del beso) para que respondieran como lo hacen todas las parejas que acuden al pabellón de los Washington Wizards en esa situación. La primera dama frenó a su marido cuando fueron señalados en el primer cuarto y el pabellón respondió con un sonoro abucheo, algo extraordinario en una ciudad tan demócrata como es la capital. Sin embargo, el presidente tuvo una segunda oportunidad en el cuarto período y, esa vez, su esposa sí claudicó a los ojitos tiernos de su marido, que la besó entre los gritos de aprobación de los aficionados.