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liga endesa | caja laboral 66 - real madrid 76

Velickovic marca el camino

Un partido enorme del ala-pívot y unos minutos iluminados de Sergio Rodríguez rescatan a un Real Madrid que estuvo contra las cuerdas y acabó volando. La serie se va al quinto partido.

<strong>VELICKOVIC, ESTELAR.</strong>
VELICKOVIC, ESTELAR.

El deporte es un juego de pasiones y quimeras que tiene mil caras y esconde secretos que casi nadie vislumbra. El deporte enciende hogueras, las apaga y las vuelve a encender. Da, quita y por encima de todo regala oportunidades: siempre una más. Y por eso en Vitoria, con el Real Madrid boqueando y haciendo la goma en el infierno viscoso de Ivanovic, aparecieron dos héroes hasta hace bien poco improbables: Sergio Rodríguez y, por encima de todo y de todos, Novica Velickovic.

El serbio y el canario, cuestionados infinidad de veces y muchas con absoluta razón, sacaron al Real Madrid de un letargo que estaba resultando ruinoso. Entre el ecuador del tercer cuarto y el arranque del último lideraron un parcial de 6-27 estruendoso, una racha relampagueante de triples que llovían en una sucesión que descoyuntó el partido. 46-35 en el minuto 23, jaque, 52-62 en el 32, vida extra. Esos nueves minutos resumieron un volantazo descomunal, la rúbrica de que la serie se iría al quinto. Ahora con color blanco pero con aviso: la eliminatoria ha cambiado cada vez que parecía coger color. Blaugrana, blanco, blaugrana, blanco... ¿y el quinto?

Sergio anotó 15 puntos con un dulce 5/6 en triples. Más que eso: compartiendo pista con Llull puso el partido a ritmo de sprint y aunque combinó cal y arena (5 asistencias, 5 pérdidas) consiguió descoser el escrupuloso plan de Baskonia, que sólo funciona cuando Prigioni mece el juego en su regazo. La combinación de bases alivió la histeria de Carroll, negado los tres primeros cuartos. Y Velickovic, el jugador de los playoffs en el Real Madrid, el regreso del jugador volcánico que maravilló en Partizán, el '4' moderno y clásico, fino y guerrero que fichó el Real Madrid, no el abatido y desfigurado jugador que parecía encaminarse a la puerta de salida. El serbio anotó 22 puntos (5/5 en tiros de dos, 4/7 en triples) y cogió 5 rebotes: 22 de valoración, líder en números y en intangibles. Con el cambio de viento el Real Madrid volvió a correr y encontró, ya cuesta abajo, buenas sensaciones de Carroll con el quinto partido en mente. Antes, en el primer tiempo y en pleno vía crucis, el regreso de Mirotic (7 puntos, 6 rebotes) alivió la carga que pesaba en los hombros de un Singler ciclotímico, un Begic bajo mínimos físico que no apareció hasta el tercer cuarto y un Tomic cuyos números mienten: 7 puntos y 11 rebotes pero otra vez la Pedrea en actitud y energía defensiva.

Para Baskonia queda la oportunidad perdida y un partido casi perfecto durante algo más de dos cuartos: 24-16 en el primer cuarto, 35-26 en el segundo y el citado 46-35 en el tercero. Pero deja la sensación de que, extenuado, se queda corto de efectivos ante un Real Madrid en el que muchos aparecen y cualquiera suma. Con menos talento, un Heurtel nefasto, un Teletovic que no termina de estar y un San Emeterio que juega prácticamente lesionado. Y sin Nocioni y con un día discreto de Nemanja Bjelica u Oleson. Poco para 40 minutos más allá de Prigioni y de un primer tiempo apabullante de Milko Bjelica (10 puntos en dos cuartos, 14 en total) y un Lampe que pasó de coloso a gaseosa: 16 puntos y 20 de valoración en el primer tiempo, 18 y 23 en total. Con esos mimbres Baskonia llevó al Real Madrid al límite cuando controló el ritmo, seleccionó los tiros y apretó en defensa. Pero terminó cansado y entregado a un rival de repente iluminado. El Real Madrid anotó 4 triples en primer tiempo y 8 en el segundo, volvió a dominar el rebote y esta vez ni siquiera se acordó de los árbitros: Caja Laboral hizo más falta y tiró menos tiros libres.

Sergio afina en distancias en las que no suele, Velickovic resurge, Mirotic regresa y Nocioni no, San Emeterio termina con -3 de valoración y Tomic con 13 sin hacer ni mucho menos un buen partido... y el quinto partido se juega en el Palacio, con el Madrid de vuelta en su cubil, match-ball salvado y el ánimo de repente intacto. Todo parece servido para la catarsis definitiva de un Real Madrid que, precisamente por eso, debería andarse con cuidado. Cuando más cerca está el objetivo es cuando muchas veces desaparece el suelo y de pronto no hay donde pisar. Esta vez le ocurrió a un Caja Laboral que pasa de lobo a cordero y que tiene una hoja de ruta, incluso en reserva de gasolina, en la que no se contempla la rendición. Carácter Baskonia, lo llaman. Así que ahora, todos mirando, el quinto partido regalará un puesto en la final. Puro espíritu playoffs: gana o vete a casa.