Robin Benzing (Seeheim-­Jugenheim, 25-01-89) es un genio precoz. A sus 22 años, en Alemania ya le consideran el nuevo Dirk Nowitzki: un alero que supera los dos metros (2,08), con habilidades en el dribling y buena mano en el tiro exterior. Se interesó por el baloncesto tarde, a los 12 años, convencido por su hermano mayor y sus nuevos compañeros de colegio, y en sólo ocho años deslumbraba en el Europeo Sub-20 de 2009, erigiéndose máximo anotador del campeonato (22,2 puntos por partido). Ese mismo año debutó con la absoluta (5,5 puntos), aunque hasta este verano no ha compartido equipo con Nowitzki. "Estoy contentísimo de poder jugar junto a él. Siempre ha sido mi ídolo", afirma Benzing, que si tuviera que elegir a su mejor compañero de todos estos años señalaría a su hermano gemelo Marian.

Con Nowitzki pasando de la treintena (33 años), el futuro alemán está en sus manos. "Creo que es el que más va a aprender de Dirk en este campeonato porque sabe siempre lo que hay que hacer y nunca se precipita. Dirk le da un montón de confianza y él debe aprender a controlar el tempo del partido", apunta Bauermann. Por ahora, es el cuarto anotador del equipo alemán con 9,7 puntos y fue fundamental en el triunfo ante Italia (14 puntos con 6/9 en tiros de campo). Tras brillar en la Bundesliga alemana con el Ratiopharm Ulm (15,1 puntos y 4,5 rebotes), media Europa se lo rifó, entre ellos Cajasol y Gran Canaria, pero se quedó en su país natal para jugar en el Bayern Múnich. La NBA, por ahora, no le quita el sueño, pero sí que sabe que Oklahoma, Dallas, Miami o Los Ángeles serían sus destinos favoritos.