L a historia de Miribilla, el joven pabellón bilbaíno que aún no ha cumplido un año, empieza a ser mundialmente conocida. En este tiempo, el recinto ecológico ha vivido dos finales: la de la ACB y la del Eurobasket Sub-20. Su magia iluminó ayer a un equipo de leyenda, el único que ha ganado el Eurobasket invicto junto con la Serbia de 2006. Un grupo acaudillado por Mirotic, brillante MVP del torneo, con una exhibición de la que tomó buena nota Ivica Dukan, el ojeador de los Bulls, la franquicia que tiene sus derechos en la NBA.

España Sub-20 ha logrado cinco medallas en el último lustro. Esta vez fue, de largo, la mejor del campeonato. Y mucho mérito de ello lo tiene Orenga, siempre correcto y medido, involucrando a todos.

Rabia por Sastre.

Ayer era un día para Mirotic y para secundarios. Y ahí tomaron la palabra gente como Jódar y Barrera, el microondas. Porque Sastre fue borrado por Gentile a poco de empezar por un golpe en la nariz, que le provocó un corte, que le dieran tres puntos y quedase mareado para el resto de la velada.

Luego cayeron Simeón, con una torcedura de tobillo, y Llovet, en la rodilla buena, la que no se debía operar mañana. Partido trabadísimo. Pero en orgullo nadie gana a esta gente. Si Italia quería pelea, España le endureció el partido.