Euroliga | Real Madrid 71-P. E. Valencia 65
El Madrid da primero por Mirotic y el rebote
Arrancó el playoff de cuartos de la Euroliga entre el Madrid y el Power Valencia con un partido durísimo y trabado. Lo que marcaba el guión. Decidieron los 16 rebotes más del equipo blanco y el talento de Mirotic en los últimos once minutos. La Caja Mágica registró la mejor entrada del año.
Nada de lo que vimos ayer sorprendió, porque aparecía en el guión, aunque fuera novedad, como el buen ambiente en la Caja Mágica. El Madrid anda ahora un pasito más cerca de volver a la Final Four quince años después. Y es que los números cantan: el 86% de los equipos que empezaron ganando un playoff de la Euroliga avanzaron de ronda. Según esto, las semifinales serían Barça-Olympiacos y Madrid-Caja Laboral, pero aún hay que sudarlas y seguro que algún duelo termina patas arriba: cinco partidos dan para mucho.
Mañana toca el segundo asalto, sin respiro y con pocos cambios. Es decir, mucha defensa, ataques densísimos e infinidad de rebotes. Lo que eleva al máximo la tensión. Ahí, en los rechaces, el Madrid se llevó el choque. Arrasó al Power Valencia: 42 a 26 (21 a 9 en los ofensivos). Eso condicionó el partido y la clase de Mirotic lo mató. En un día pletórico de Reyes, de nuevo jabato en entrega y más preciso en el tiro, el canterano estuvo aparcado. Pero el talento es lo que tiene, que con una ráfaga de inspiración puede echar por tierra el abnegado trabajo de todo un equipo. Se lo vimos hacer ayer al chaval, que destrozó la labor de hormiguita de los de Pesic. Puso a los suyos arriba en el último minuto con un tirito de tres metros cuando el Power esprintaba camino de la meta: 66-65. Y sentenció con un triplazo. El pase, cómo no, de Prigioni (69-65).
Casi al final del tercer cuarto Mirotic no había anotado, pero concluyó a punto por minuto en los últimos once. Un torbellino de clase. No fue, sin embargo, el triunfo de un solo jugador. Tomic, Llull, Suárez e incluso Fischer cumplieron con notable antes. Un duelo de lucha continua, de bajar al barro para rebozarse y no salir hasta acabar exhausto. Tucker apretó los dientes y se olvidó del dolor en la espalda para echar una mano. Aprobó atrás, erró adelante.
Pesic.
La fluidez inicial del Madrid (17-7 con tres triples) se evaporó. Falló luego 17 de 18 hasta el advenimiento de Mirotic. Lo gritaba Pesic a los suyos: "Con esta defensa no tienen opción". Y casi acierta. Le faltó rebote y le sobró Mirotic. No fue suficiente con la determinación de De Colo, las asistencias de Cook y la entrega atrás. La revancha llega muy pronto: mañana.