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Baloncesto | Copa del Rey | Real Madrid 78-Gran Canaria 72

El Madrid se sacude los nervios y Sergio decide

El tinerfeño sentenció al Granca con 13 puntos en el último cuarto

<b>ESPECTACULAR EL PALACIO DE DEPORTES. </b>Sergio Llull supera a Jaycee Carroll y se va hacia el aro como un tiro en un Palacio con un magnífico ambiente copero.
ESPECTACULAR EL PALACIO DE DEPORTES. Sergio Llull supera a Jaycee Carroll y se va hacia el aro como un tiro en un Palacio con un magnífico ambiente copero.jesús rubio

La Copa arrancó sin sorpresas. Queda servida en bandejita de plata la primera semifinal de mañana: Madrid­-Valencia­. Pesic y sus jugadores golpearon con el mazo de la realidad al equipo revelación. Los de Messina sudaron más la camiseta, controlando la situación, pero sin despejar la incertidumbre hasta el final. La disipó Sergio Rodríguez. El Chacho amenaza con venirse arriba: 13 puntos en el cuarto decisivo. Inspirado, suelto, como es él.

El Gran Canaria experimentó­ una obviedad. No es igual levantar una pila de kilos un instante que soportar esa carga durante dos horas. Arrancó como una riada, imitando la puesta en escena del Siena ante los blancos en la Euroliga, amargando a Prigioni­, asfixiando con la defensa; pero ese caudal de energía -y más sin Savané- le duró lo que le aguantaron las fuerzas. Cuarto y medio.

El Madrid encajó con talante el guantazo inicial (11-19 y 18-25) y se rehizo. Cambió su disposición, la mentalidad, pasó de verlas venir, sólo pendiente de Carroll­ (el cañonero de la ACB), a dar un paso al frente en defensa, a ir a por el enemigo, que este las pasara canutas. También se olvidó de la escopeta de feria, del carrusel de triples sin sentido. Los de Messina­ sellaron un parcial demoledor: 17-2 con Tomic acertado, goteando calidad, y Prigioni resarciéndose en defensa cara a cara con Carroll­. El mormón acabó con 30 puntos, aunque anotó menos al principio (11 al descanso), cuando su equipo fluía, y más al final. Sus ochos tantos en los dos últimos minutos fueron en vano.

La última ventaja del Granca llegó tras el respiro de la media parte. Con los brazos, las piernas y la cabeza más frescos, se puso de nuevo la carga al hombro: 43-44. Y ya. Otra vez fuera en cuartos, por séptima vez. El Madrid no encandiló, poco juego colectivo, pocas asistencias (10), aunque respondió a los nervios del debut. Un tinerfeño sentenció al Granca, isla vecina y rival.