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Sergio Rodríguez

"Ir al Palau apetece, hay tensión de la buena"

El base tinerfeño del Madrid vuelve mañana, tras cuatro temporadas en la NBA, al Palau, la cancha que le vio debutar en la ACB el 13 de junio de 2004, con 18 años y un día. El liderato está en juego y la paliza de la Supercopa aún fresca, pero Sergio no entiende el baloncesto sin diversión.

Sergio Rodríguez
JESÚS RUBIO

Cuando uno ficha por el Madrid, imagino que es para disputar partidos como el de mañana en el Palau, con el primer puesto en juego.

Es lo máximo y me hace especial ilusión volver al Palau (cinco años después), porque debuté allí con el Estudiantes, en la final de 2004. Pepu me concedió la oportunidad en la ACB y un mes después ganamos el Europeo júnior.

Apenas estuvo en pista 26 segundos, pero le dio para meter un bonita canasta.

Sí, pero hubo más. La tensión que sentí en aquella final desde el banquillo, en Vistalegre y en el Palau, se me ha quedado grabada para siempre. Hasta entonces no había vivido nada parecido. Una gran experiencia que ahora valoro más, sin el sabor amargo de la derrota.

El Barcelona no se le da mal. La ACB acaba de elegir las diez mejores jugadas de la década y un canastón suyo ante los azulgrana es la segunda.

Quizá sea porque verte enfrente del Barça y del Madrid motiva un montón, desde pequeñito en categorías inferiores.

Han pasado tres meses desde la paliza en la Supercopa, pero no creo que esté olvidada.

La tenemos en mente, sí; pero aquel partido nos vino pronto. Llevábamos una semana juntos y ellos andaban muy bien, les salió todo redondo.

¿Hubo exceso de confianza? ¿Creyeron que podían tratar ya al Barça de tú a tú?

Pienso que no. Empezábamos un ciclo y hemos llevado el ritmo adecuado, trabajando muy bien estos tres meses y no pensando sólo en el Barcelona, sino en mejorar cada día.

Aquella derrota por 34 puntos se atribuyó a una cuestión psicológica. ¿Lo comparte?

Por mi experiencia dentro del equipo, no. El Barça no supone un muro psicológico para nosotros. Son un hueso duro de roer; pero lo son para cualquiera.

Un psicólogo les diría que no den una trascendencia excesiva al duelo de mañana.

Sí, pero nos disputamos el liderato. Además, a todos nos apetece jugar contra los que vienen de ganar títulos.

¿Y probarse?

Más allá de eso, lo veo como un partido para disfrutar ante uno de los mejores de Europa, para competir y divertirse.

Por lo que dice, usted lo contempla más por el lado lúdico, ¿cree que otros compañeros se angustian más?

A mí me gusta jugar al baloncesto, que sea un trabajo no quita que sea mi hobby­. Ir al Palau apetece, también a mis compañeros; hay tensión extra, pero una tensión de la buena.

¿Qué pasa con los triples?

Vamos mejorando, jugando más cómodos en ataque. Meteremos los tiros cuando haya que hacerlo, en los momentos importantes.

Han crecido, aunque sin abandonar la irregularidad.

Se puede mirar de dos formas. Siempre que perdemos un partido, reaccionamos. Un buen síntoma de equipo. Ahora, además, nos conocemos mejor, hay química y sabemos por dónde va cada uno.

¿Cómo es su relación con Prigioni, el otro base, tras el calentón que tuvo él con Messina?

Es una gozada estar con él. Sabe mucho, defiende y ataca muy bien y eso me está ayudando en los entrenamientos. Nunca hubo tensión con Prigioni.

¿Pelearán por los títulos al final de temporada?

Paso a paso, aunque creo que el mejor Madrid se verá entonces. Tenemos un gran equipo y confiamos en nuestras posibilidades.