A LeBron James le cuesta relacionarse fuera de las pistas

LeBron James es capaz de hacer en una pista casi cualquier cosa que se proponga, pero fuera del parqué es diferente: tiene muchas dificultades para hacer amigos y para superar la desconfianza inicial que siente cuando conoce a alguien.

El universo más cercano del astro de la NBA gira alrededor de Gloria James, su madre, que tuvo a su hijo con 16 años, cuando vivía en los bloques de apartamentos subvencionados donde habitan la mayoría de los ciudadanos de raza negra de Akron, localidad a media hora de Cleveland, en Ohio. En la vida de LeBron no hay un padre. La inseguridad que muestra hacia los desconocidos se debe, en parte, a que entre los cinco y los ocho años de edad se trasladó de casa, siempre en los alrededores de Akron, una docena de veces.

En el mundo de los negocios, James sólo confía en un trío de amigos que le conocen desde que iba a la escuela y con los que ha formado su multinacional LRMR Marketing. La empresa tiene las siglas de estos cuatro mosqueteros. L de Lebron, la R de Randy Mims, la M de Maravilla Carter y la R de Rich Paul. El jugador confía ciegamente en sus consejos, aunque ni Mims, que está siempre a su lado, ni Carter, el encargado de las finanzas, ni Paul, el de su mercadotecnia, son agentes de jugadores. Tampoco tienen un título universitario. "Si exceptuamos el anuncio de su fichaje por Miami, creo que su equipo ha hecho una labor maravillosa", declara, sin embargo, Leigh Steinberg, uno de los agentes más famosos.